Los alcaldes de las comunas de Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea solicitaron el pasado miércoles 3 de abril al gobierno la extensión de la futura Línea 7 de Metro hacia esta última comuna. De esta forma, el tramo llegaría hasta la intersección de Avenida Las Condes con La Dehesa, dos mil 600 metros más al oriente del trazado original.
Para el arquitecto Rodrigo Martin, académico de la Universidad de Santiago y experto en transporte urbano, este proyecto no supondría un problema de inversión pública siempre y cuando las comunas beneficiadas paguen los costos. No obstante, hace hincapié en lo ocurrido con la extensión de la Línea 1 hasta Los Dominicos, “en donde hubo un compromiso por parte del municipio de Las Condes para financiar las obras con aportes comunales, pero eso todavía no se concreta”.
Por lo mismo, el arquitecto afirma que “el desarrollo de la Línea 7 hasta el límite de Vitacura es una inversión sumamente grande, en donde se podrían priorizar otros proyectos de mayor impacto social ubicados en otras zonas de la ciudad”. Martin enfatiza en que los fondos utilizados para ampliar la red de Metro son de carácter público, y que no es justo “que las comunas que tengan más recursos tomen las decisiones y que las más pobres sean postergadas permanentemente”.
En cuanto a los cuestionamientos a las futuras Líneas 8 y 9 por su supuesta baja rentabilidad social, el académico señala que la extensión de la red hacia comunas como La Pintana o La Florida “tendrían un gran impacto en términos de equidad social”. Asimismo, critica que ese criterio utilizado para evaluar proyectos “no es un problema cuando las comunas tiene los recursos”.
Martin apunta a que el principal problema recae en que “toda la inversión en infraestructura se está localizando en algunos sectores de la ciudad y muy poco en otras”. Para eso, propone que “la autoridad central sea capaz de redistribuir estas capacidades económicas entre diferentes comunas por un bien común” y que así todo Santiago experimente mejoras.