- Entre los cambios, el Ministerio de Educación redujo la enseñanza de conceptos, privilegiando la experimentación. A juicio del académico del Departamento de Educación, Saúl Contreras, las modificaciones son “una oportunidad” para mejorar.
Desde este año rigen las nuevas bases curriculares establecidas por el Ministerio de Educación para la enseñanza de las Ciencias Naturales, de 1º a 6º año básico. Entre los cambios, se establece que los conceptos se reducirán en un 50 por ciento, privilegiando la exploración en terreno y la investigación; además, se promoverá la alfabetización científica y el estudio de problemas locales.
El académico y Dr. en Didáctica de las Ciencias Experimentales, del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago, Saúl Contreras, considera que estas modificaciones constituyen un desafío y una estrategia, pero -por sobre todo- “una gran oportunidad”.
Respecto de la reducción de la enseñanza de conceptos en beneficio de la experimentación, el académico lo considera positivo, pero estima necesario “asegurar el sentido de las actividades en terreno, por ejemplo, que los estudiantes de nivel básico estén verdaderamente desarrollando habilidades, tales como observar y/o predecir, de lo contrario, a nivel de aula, la concreción curricular se transformará sólo en un gran conjunto de actividades sin sentido”.
Saúl Contreras destacó también el énfasis en la enseñanza de temas propios como terremotos o reciclaje, pues “la tendencia mundial avala estos cambios, necesitamos incrementar nuestros niveles de alfabetización científica. De ahí, la pertinencia de bases curriculares que promuevan la comprensión de fenómenos naturales, desde un enfoque integral, holístico y de constante cambio”.
Para el experto, es valorable que en las nuevas bases se establezca como un eje importante la alfabetización científica (orientada a que los estudiantes y los ciudadanos comprendan y puedan explicarse los fenómenos). No obstante, advirtió que no es lo mismo alfabetizar que motivar y aumentar el interés de los estudiantes por las ciencias, y esto último dependerá de cómo los profesores trabajen con las nuevas bases curriculares.
Competencias
En este sentido, el especialista en Didáctica cree necesario preguntarse por las competencias de los profesores para llevar adelante este proceso, que permita tomar decisiones y orientar los procesos formativos continuos e iniciales. “Sin los tiempos (horas lectivas y de preparación), materiales, recursos y espacios de formación, es muy difícil que los profesores de Ciencias Naturales en la enseñanza básica logren desarrollar actividades que promuevan mejores resultados de aprendizaje, mayor comprensión de los fenómenos, mejores niveles de alfabetización científica, o mayor interés por las ciencias”, advirtió.
Explica el académico que “no se trata sólo de transponer el conocimiento científico en un contenido escolar enseñable y aprendible, sino también de tener un dominio disciplinar y didáctico para enseñar conceptos tan abstractos como ‘la materia’, por ejemplo”.