- Frente a la preemergencia ambiental en las regiones comprendidas entre el Maule y Aysén producto de la pésima calidad del aire, el académico Dr. Luis Díaz Robles, remarca que el principal problema es la combustión residencial a leña, insumo que es difícil de reemplazar puesto que es el más económico en esas zonas.
Las regiones comprendidas entre el Maule y Aysén, vivieron ayer una jornada de preemergencia ambiental producto de la pésima calidad del aire, que en Los Ángeles, Osorno y Coyhaique alcanzó niveles críticos.
Frente a ello, las autoridades tomaron medidas inmediatas. Por ejemplo, en Talca se prohibió el uso de calefactores a leña y el uso de fuego para quema de malezas o rastrojo; mientras que en Temuco se anunció la fiscalización de humos visibles y se prohibió la actividad física y deportiva en establecimientos educacionales, así el uso de calderas que tengan emisión mayor a 30 microgramos por metro cúbico normal.
Uso exagerado de la leña
Al respecto, el académico del Departamento de Ingeniería Química de nuestro Plantel, Dr. Luis Díaz Robles, señala que “el principal problema son las emisiones producto de la combustión residencial de leña, y lamentablemente se incrementa el fenómeno con las condiciones meteorológicas desfavorables que hemos tenido en el país durante estos últimos tres a cuatro días”.
Precisa que a pesar que se prohíba el consumo de leña, “es difícil que las personas la dejen de lado y utilicen otra forma para abrigar su hogar, frente a los fríos intensos que ha habido en el sur de Chile”.
Explica que este insumo que es difícil de reemplazar puesto que es el más económico en esas zonas.
Destaca que el Ministerio del Medio Ambiente esté fomentando que se priorice el uso de leña seca “y que se prohíba su consumo en aquellas casas en las cuales se vea humo visible por sus chimeneas por más de 15 minutos. Sin embargo, son tantas las casas que usan leña, que esas medidas probablemente generarán poco efecto en el corto plazo”.
Soluciones
El Dr. Díaz Robles explica que los altos niveles de contaminación ambiental no se pueden solucionar en lo inmediato y que, por tanto, “se requieren varios años para que esto se vaya resolviendo”.
Enfatiza que los planes de contaminación atmosférica “han sido aprobados y se están llevando a cabo, pero tristemente estamos pasando por un par de años económicos complejos, y eso genera que a veces escaseen los recursos necesarios para poder implementar las medidas que bajen los índices de polución”.
Recalca que la inversión para descontaminar las ciudades, “tanto pública como privada, no solo se debe reflejar en Santiago sino también en regiones, principalmente para comenzar a mejorar los sistemas de calefacción”.
El Dr. Díaz Robles explica que por la falta de recursos no se han podido implementar medidas importantes como “la calefacción por biomasa, la aislación térmica, los artefactos certificados y los pellets. Fomentar eso a veces cuesta, sobre todo cuando el Estado tiene que generar subsidios para poder ayudar a esas ciudades del sur del país”.
Combustibles caros
“La gente no se puede cambiar a otro combustible porque el gas, la parafina y la electricidad son muy caros, y no pueden mantenerlos en el tiempo, sobre todo si hay temperaturas bajo cero”, explica.
Agrega que “el precio de la calefacción aumentaría enormemente para los hogares que no tienen un poder económico tan elevado, porque hablamos de ciudades en la cual el promedio es de clase media o quizás económicamente vulnerables, como sucede en algunas ciudades del sur de Chile como Los Ángeles”.
Respecto a que en un mediano plazo el pellet reemplace a la leña, el Dr. Díaz Robles reconoce que actualmente “el valor del pellet es un poco alto, pero es porque hay poca oferta. El Estado hoy en día está fomentando la producción de pellet, incluso pellet de otros tipos de residuos, distintos del aserrín, como agrícolas y agro industriales, y eso incrementaría la oferta y por tanto, se reducirían los precios”.
Concluye en la urgencia de implementar pronto esta medida. “Por ejemplo, una estufa a leña genera 8 a 10 gramos por hora de material particulado y una estufa a pellet genera no más de 1,5 gramos por hora, entonces hay una gran diferencia. Estoy convencido que hacia allá debemos caminar”, concluye.