- Para el decano Juan Carlos Espinoza Ramírez resulta esencial “comprender que los proyectos de ingeniería no sólo generan riqueza, sino que también una serie de impactos que pueden afectar positiva o negativamente el bienestar de la población”. Entre las mayores aspiraciones de esta Unidad Mayor está consolidarse dentro de las primeras 50 a nivel mundial. Además, el académico anticipa en términos de desafíos la posible creación de las carreras de Ingeniería en Biomedicina, Mecatrónica y Telemática, en alianza con otras Facultades de la Universidad.
Un significativo hito se celebró ayer en el Salón de Honor cuando la Facultad de Ingeniería de nuestra Universidad cumplió 100 años de historia. El aniversario se produce en momentos que esta Unidad Mayor se propone como uno de sus principales desafíos insertarse dentro las primeras 50 a nivel internacional en el ámbito de la ingeniería.
Esta Facultad tiene la misión de contribuir al desarrollo del país a través de la formación integral de ingenieros en distintas especialidades, considerando la investigación en el ámbito de la innovación científica y tecnológica. Para ello, hoy cuenta con nueve Departamentos: Eléctrica, Geográfica, Industrial, Informática, Mecánica, Metalúrgica, Minas, Obras Civiles y Química.
“Una historia y tradición en la formación de ingenieros con una sólida formación científica y tecnológica de sus estudiantes. Esas son las dos piedras angulares que tenemos como Facultad de Ingeniería”, explica su decano, el académico Juan Carlos Espinoza Ramírez.
Hoy la Unidad Mayor cuenta con 12.360 estudiantes de pregrado, 150 académicos de jornada completa, 20 carreras en modalidad diurna y 19 en jornada vespertina, además de 17 programas de magíster, cinco doctorados y 20 postítulos. “Tenemos que adecuarnos a los desafíos que el país y el mismo avance de la ingeniería exigen”, afirma la autoridad.
De técnico a Escuela de Ingenieros Industriales
El origen de la Facultad de Ingeniería se al 15 de Mayo de 1916, cuando por el decreto 262 se crea el Estatuto de Enseñanza Industrial, tras lo cual se impulsa el desarrollo de la ingeniería en Chile. Así, en 1940 se funda la Escuela de Ingenieros Industriales. Tras esto, en 1972, con un nuevo Estatuto Orgánico para el Plantel, se define lo que sería la nueva Facultad de Ingeniería de la Universidad Técnica del Estado. Todo esto ocurre como parte del acelerado proceso de modernización que experimentaba el país y que condujo a una creciente necesidad de desarrollo de la enseñanza técnica.
“La formación que brindaba la Escuela de Artes y Oficios constituyó un aporte relevante a lo que fue el desarrollo industrial de Chile a fines del siglo XIX y principios del XX”, asegura el decano Espinoza, quien incluso recuerda que desde el gobierno se preguntaban cómo era posible que egresaran estos técnicos de tan alto nivel equivalentes a los profesionales de la Universidad de Chile.
A partir de 1936, y en el contexto de la Reforma General de Educación, la EAO es autorizada a entregar grados de Oficio u Operario, Técnico y también el de Ingeniero Industrial. Cuatro años después se funda la Escuela de Ingenieros Industriales, la que bajo la Universidad Técnica del Estado (UTE), creada en 1947, se une a los grados de Técnico de las Escuelas de Minas de Antofagasta, Copiapó y la Serena, de las Escuelas Industriales de Concepción, Temuco y Valdivia, así como al Instituto Pedagógico Técnico.
“Cuando se crea la UTE, en realidad la Facultad de Ingeniería ya tenía bastante tiempo recorrido, formando muy buenos profesionales y con una mística orientada hacia la producción de bienes y servicios”, explica el decano. Es decir, ingenieros que calzaban muy bien con las necesidades de desarrollo industrial del país. “A diferencia de otras instituciones, es un sello que se ha mantenido en nuestra Facultad a lo largo del tiempo, con una sólida formación científica y tecnológica”, agrega.
Un sello al que hoy se suma el aporte que representa el Proyecto Nueva Ingeniería 2030, encabezado por el Dr. Jorge Bravo Chacón. “Lo más importante es lo que dice relación con la innovación y el emprendimiento. Queremos incorporar a nuestros egresados la capacidad de innovar, ya sea al interior del trabajo que estén desempeñando o mediante el desarrollo de una nueva solución. Además, que sean capaces de entregar respuestas creativas e innovadoras al mercado”, detalla el académico del Departamento de Ingeniería Industrial.
Esta iniciativa se impulsó en agosto de 2014 con el objetivo de desarrollar ingenieros de clase mundial, que también sean capaces de cambiar la matriz productiva de Chile. “Se trata de una propuesta histórica”, asegura su director, destacando la participación en el Consorcio 2030 junto a la Universidad de Concepción y la Universidad Católica de Valparaíso. Además, resalta la trascendencia de las misiones al extranjero de académicos que exploran universidades y centros de investigación con los que se están generando nuevos convenios de colaboración.
Innovación para el desarrollo industrial del país
Durante la década del ‘50 la UTE formaba ingenieros industriales en las especialidades de Electricidad, Mecánica, Minas, Metalurgia y Química, además de técnicos industriales en las especialidades de Construcción Civil, Construcción Naval, Electricidad, Forestal, Metalurgia, Minas, Mueblería, Química Industrial y Técnico Universitario Industrial Textil. Ante las necesidades del sector industrial del país, incluso se crearon nuevas carreras, como la de Ingeniería de Ejecución en distintas especialidades.
“El aporte de la Facultad de Ingeniería al desarrollo industrial del país se ha dado a través de la innovación, sin que el concepto estuviera presente en épocas anteriores”, aclara el decano Juan Carlos Espinoza. “Esto consiste en crear nuevos productos o generar mejoras dentro de un proceso productivo, lo que debe significar un impacto importante en la calidad de vida de las personas”, plantea, resaltando los desafíos de la transferencia tecnológica y la vinculación con las empresas.
Por ello, valora que la industria nacional proponga problemas reales que sean resueltos por estudiantes y académicos. “Debemos comprender que los proyectos de ingeniería no sólo generan riqueza, sino que también una serie de impactos que afectan a la población”, añade la autoridad.
En ese sentido, el Dr. Jorge Bravo advierte que los egresados de Ingeniería son reconocidos por su capacidad para resolver eficientemente los problemas a los que se enfrentan, sin importar el ámbito en el que se desempeñen. “Nuestras estrategias contemplan incorporar a las asignaturas el idioma inglés, por ejemplo”, explica.
Nueva Facultad para nuevas necesidades
Ya en la década del ‘70 comienza a impartirse la carrera de Ingeniería de Ejecución en Geomensura y se toma la decisión de promover la formación de un ingeniero civil industrial que consideraba las menciones de Economía de Empresas, Planeamiento, así como Desarrollo y Dirección. A partir del proceso de reforma universitaria iniciado algunos años antes, se dicta, en 1972, un nuevo Estatuto Orgánico, entre cuyas disposiciones crea la nueva Facultad de Ingeniería de la Universidad Técnica del Estado.
Con autoridades designadas durante la dictadura cívico militar, la Facultad imparte las carreras de Ingeniería Civil e Ingeniería de Ejecución a través de los Departamentos de Electricidad, Geodesia, Química, Industria, Mecánica, Metalurgia, Minas y Obras Civiles. Luego se suman las funciones de docencia, investigación, extensión y perfeccionamiento en el ámbito de la ciencia y tecnología de la Ingeniería. Todo esto, en medio del cambio a la Universidad de Santiago de Chile, decretado en 1981.
Con la década del ’90 regresaría la democracia y también la posibilidad de participar más activamente en la elección de las autoridades del Plantel. Se trata de transformaciones que han permitido a la Facultad de Ingeniería continuar con su proceso de crecimiento y consolidación.
Ingeniería al servicio de la sociedad
Hoy, tal como destaca el decano Juan Carlos Espinoza, el Consejo de la Facultad aprobó recientemente la posibilidad de retomar los proyectos de creación de las carreras de Ingeniería Mecatrónica e Ingeniería Telemática. “Hemos invitado formalmente al decano de la Facultad Tecnológica para que nos apoyen, entendiendo que también es un área de interés para ellos”, anticipa. Igualmente se aceptó estudiar la creación de la carrera de Ingeniería en Biomedicina. “En ese sentido, hemos tenido un contacto permanente con el decano de la Facultad de Ciencias Médicas con el objetivo de trabajar de manera conjunta”, advierte la autoridad.
En la Unidad Mayor están convencidos de que es importante preparar un ingeniero que sea capaz de interactuar eficientemente con todas las otras especialidades, pues se trata de una profesión que tiene un carácter transversal a todo el quehacer humano. Es así, como la medicina actualmente se ha tecnificado significativamente.
El decano Espinoza asegura que “cada vez que creamos una nueva carrera, es porque como Facultad hemos detectado que el país requiere de ese profesional. Nos preocupa que se anteponga el nombre de Ingeniería a cualquier cosa para engañar a la gente y vender un producto”. En este sentido, somos muy responsables y consideramos que las
carreras de ingeniería deben dictarse en donde corresponde, en una facultad de ingeniería, asumiendo eso sí que hay especialidades como Agronomía, Forestal e Ingeniería Comercial, que se han ganado un lugar importante y han aportado al desarrollo del país, sin estar dentro de una facultad de ingeniería. Pero son excepciones no una regla.
Proyectos como Nueva Ingeniería 2030 impulsados por la Facultad permitirían también avanzar en que esta Unidad Mayor pueda ubicarse entre las 50 más relevantes a nivel global. Sin duda, una aspiración que requiere del esfuerzo mancomunado de los estudiantes, académicos y de los funcionarios. Al interior de la Unidad subrayan que este será su principal desafío, el que podrán alcanzar gracias a su reconocida calidad y particular sello como Facultad.
Excelente balance del trabajo de la Facultad
Como parte de la ceremonia de celebración del centenario realizada en el Salón de Honor del Plantel, el Rector de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Juan Manuel Zolezzi Cid, quien debió ausentarse de la ceremonia por estar participando como expositor en la Conferencia Encuentros de Barcelona, entregó un especial saludo desde España, en el que felicitó a los académicos, estudiantes, funcionarios y egresados de la Facultad, así como a las autoridades y al equipo que con tanto esfuerzo han organizado la celebración del centenario.
“Quiero recordarles que yo egresé del Departamento de Ingeniería Eléctrica de esta Facultad en 1975, y me siento orgulloso de los importantes avances logrados durante todo este tiempo. Por ello, mi deseo es que nuestra Facultad continúe siendo la mejor del país”, manifestó el Rector Zolezzi, junto con destacar a los profesionales que participan en el proyecto de Ingeniería 2030, “quienes están pensando en el desarrollo de una nueva ingeniería para Chile”.
Entre los asistentes a la celebración estuvieron presentes la Vicerrectora Académica, Dra. Patricia Pallavicini Magnere; el Vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Dr. Claudio Martínez Fernández; la Vicerrectora de Vinculación con el Medio, Dra. Karina Arias Yurisch; entre otras autoridades de distintas Unidades del Plantel, además del Rector de la Universidad Central, Dr. Santiago González Larraín, ingeniero titulado por la Universidad de Santiago.
Junto a ellos, destacó la presencia de Ramón Escobar Inostroza, el primer ingeniero civil en minas de la Escuela de Ingenieros Industriales, quien a sus 96 años fue reconocido por la Facultad por su relevante aporte en la creación de la Universidad Técnica del Estado.
En su intervención, el decano Juan Carlos Espinoza remarcó la valiosa participación de académicos, estudiantes, funcionarios y egresados de esta Unidad Mayor, a quienes homenajeó por su aporte a la construcción, defensa y proyección de la Facultad de Ingeniería.
Junto con reconocer el trabajo de investigación aplicada de los académicos y la generación de conocimiento que esto implica, el ingeniero Espinoza valoró las 158 publicaciones entre 2015 y lo que va del 2016, así como la presentación de 134 solicitudes de intercambio científico-cultural por parte de los académicos de la Facultad, principalmente para presentarse como expositores en Congresos y desarrollar trabajos en equipos de investigación junto a universidades extranjeras.
Asimismo, resaltó el trabajo realizado en el ámbito de la Vinculación con el Medio, que incluso ha significado la creación de un vicedecanato dedicado a ese ámbito. “Ha tenido una fructífera labor, además de las actividades propias de vinculación que realiza cada uno de los nueve Departamentos que conforman esta Facultad. A esto se suma el apoyo que hemos recibido de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, del Departamento de Comunicaciones de la Universidad y de nuestra Orquesta Clásica”, agradeció.
“Este año, en total, se han firmado siete convenios de colaboración con universidades nacionales y extranjeras, así como otros trece con empresas públicas y privadas”, planteó la autoridad, quien en diciembre próximo asumirá la presidencia del Consorcio de Decanos de Facultades de Ingeniería de Chile (Condefi).