- Utilizando como base el modelo de una vivienda social chilena que no superase los 60 metros cuadrados, las estudiantes de la Carrera de Arquitectura Daniela Arias Antipe y Victoria Norambuena Navarrete, obtuvieron el primer lugar en la tercera versión del concurso organizado por la empresa farmacéutica Pharma Investi y patrocinado por el Colegio de Arquitectos.
Un equipamiento básico de vestuario y baños junto a una multi-cancha vecinal o de barrio, que tenga asociado un espacio exterior informal, de convivencia o reunión en torno a la actividad deportiva permitiendo fortalecer el tejido social de la comunidad vecinal, fue el objetivo de la tercera versión del certamen Premio Abrilar Sustentable, promovido y financiado por la empresa farmacéutica Pharma Investi, con el patrocinio del Colegio de Arquitectos.
En decisión unánime del jurado, el primer lugar lo obtuvo el equipo de nuestra casa de estudios integrado por Daniela Arias Antipe y Victoria Norambuena Navarrete, bajo la guía del profesor Oscar Luengo, quienes presentaron el anteproyecto “Pabellón Comunitario R3 para la comuna de La Pintana”.
“Lo llamamos así porque nuestra planta arquitectónica era reversible, replicable y reciclable, y nuestra idea de crear un pabellón era generar una plaza cubierta que tuviera servicios, baños, disponibilidad de agua para la gente, un espacio que fuera acogedor, y tuviera una infraestructura adecuada para un lugar vulnerable”, explica la estudiante de magíster Integrado en Diseño Arquitectónico, Victoria Normabuena.
Razones constructivas
En su tercera versión, el concurso solicitó la creación de un camarín para multicanchas utilizando materiales reciclables y que se emplazara en un lugar vulnerable. Fue así como luego de analizar los tipos y cantidad de blocks existentes en la Región Metropolitana y la cantidad de áreas verdes por persona el equipo eligió la comuna de La Pintana.
“El block condiciona mucho la forma de vida, si tienes el cumpleaños de tu hijo no puedes invitar a 30 personas. Nos fijamos también que este tipo de vivienda tiene muy asociada la existencia de canchas, por eso dijimos que debía tener camarines y tener la capacidad de ser reversible. Queríamos entregar algo digno, que cambiara el paradigma que tienen los barrios vulnerables”, explica la tesista de Arquitectura, Daniela Arias.
Según describen las estudiantes, la planta arquitectónica del anteproyecto cuenta con dos núcleos de servicios para duchas y baños. Además posee la cancha, un área para el árbitro, bodegas, repisas y espacios multifuncionales que pueden ser desplazados con las manos gracias a rieles en el piso, permitiendo que se adecúen a las necesidades de los usuarios.
En cuanto a los materiales utilizados, el equipo basó el diseño en gaviones de piedras, con los que crearon los núcleos y partes estructurales de la maqueta. Mientras que para envolver y generar los centros reversibles o movibles, seleccionaron pallets de madera que permitieron la construcción de muros livianos.
Rol social del plantel
El jurado, seleccionado por la empresa farmacéutica Pharma Investi, otorgó en decisión unánime el primer lugar al ante-proyecto Pabellón Comunitario por contar con todos los requisitos solicitados, insertando el espacio público al tejido social de las viviendas, sin resguardar el proyecto. “Nuestra idea fue que la comunidad se sienta parte de él y no ajena, al estar cerrado con rejas como otros proyectos”, explica Daniela Arias.
En cuanto a las habilidades empleadas durante la ejecución del proyecto, la estudiante Victoria Norambuena sostiene que “la Universidad de Santiago en si es bastante enfocada en lo social y muy industrial. Siempre está a la vanguardia en tecnología pero no pierde el foco social, entonces hemos adquirido las herramientas durante estos años para poder realizar un proyecto con estas características. Incluso realizamos nuestras prácticas en comunas vulnerables a lo largo del país, en donde se conocen realidades muy distintas a la de Santiago”, indica.
Para Daniela Arias el objetivo primordial de los arquitectos es pensar en el futuro, “como profesionales tenemos muchas opciones de trabajo, pero lo que sí o sí debemos hacer es pensar en el futuro, y el futuro es el cuidado del Medio ambiente. Quizás con cosas muy simples como reconfigurar un pallet de madera podemos innovar en un proyecto que sea estéticamente bonito y que funcione, demostrando que lo reciclado no es feo”, indica.
El premio del primer lugar es de 5 millones de pesos, de los cuales 3 millones y medio serán para las estudiantes, y 1 millón y medio será destinado a la Escuela de Arquitectura para fortalecer su infraestructura.