- Instituto de Estudios Avanzados realizó Coloquio Internacional en homenaje a los 50 años de ejercicio académico de la autora de obras como el libro Amazonía: el río tiene voces y productora del laureado documental El Arenal, dirigido por Sebastián Sepúlveda. El coloquio reunió a profesores de Brasil, Argentina y Colombia. La Dra. Pizarro calificó el encuentro como “un regalo”, agregando que “sin mis hijos y sin mis alumnos, no sería quien soy. Es por ellos que he hecho todo esto”.
De manera casi anecdótica, la profesora Ana Pizarro reveló al pasar a sus colegas del área de Pensamiento y Cultura del Instituto de Estudios Avanzados, que este 2013 cumpliría 50 años de docencia universitaria ininterrumpida. Así, lo que para ella parecía una efeméride personal, se convirtió en un evento de connotación académica con participación internacional.
“Nos pareció que era una ocasión sumamente importante para celebrarla como persona y también como académica. Ana es una intelectual destacadísima a nivel latinoamericano”, sostiene Carolina Pizarro, quien es su colega en el equipo de trabajo y coordinó el Coloquio “Historiografía, crítica y comparatismo. Pre-texto: Ana Pizarro, 50 años de docencia universitaria” que se realizó la semana pasada.
Trece profesores de Brasil, Argentina y Colombia la acompañaron junto a los asistentes nacionales al encuentro que se realizó durante tres días abordando las líneas de investigación abiertas por la Dra. Ana Pizarro y que concluyó con una distinción a su aporte.
María Cristina Lobregat fue su alumna en Brasil y viajó a Chile junto al profesor Gerson Rodrigues de Albuquerque para participar y exponer sus novedades en la investigación sobre la Amazonía. “Fue una invitación que me hizo el profesor Gerson -quien también va a participar en esta jornada- y la vi como una oportunidad única de estar aquí para festejar a la profesora Ana Pizarro”, confidencia la académica brasileña.
En el ámbito nacional, la historiadora y primera directora de IDEA, Dra. Carmen Norambuena, quien conoce desde hace años a la homenajeada y ha seguido de cerca sus líneas de investigación, destaca la importancia de su labor como formadora y el aporte realizado a la Universidad de Santiago. “Tengo un gran respeto por la obra de Ana Pizarro y creo que es una persona que ha instalado en esta Institución y en Chile, el tema de Latinoamérica en el currículum de la educación superior”; esto, en referencia a las áreas de especialización de la profesora Pizarro, como Brasil y el Caribe, que han abierto puertas a culturas y temas que habían sido poco investigados en nuestro país.
En este sentido, Carolina Pizarro agrega: “Ana ha funcionado como una especie de puente cultural, generando vínculos entre distintos países latinoamericanos, para pensar juntos una serie de temas y problemas asociados al arte y a la cultura. Esto nos demuestra que el lugar que ocupa Ana en un contexto latinoamericano y no solo chileno, es un lugar que hay que celebrar “.
Madre, intelectual y peligrosa
Para la propia Ana Pizarro, el Coloquio fue “un regalo enorme. Ha sido un encuentro hermoso en lo afectivo, pero también de un nivel increíble. Estoy contenta, agradecida y conmovida”.
Con humor reconoce que en estos 50 años de matrimonio con la docencia universitaria ha “cambiado de pareja”, pero su permanencia en la Universidad de Santiago la ha vestido de orgullo con hitos tan significativos como los títulos por gracia otorgados, recientemente, en memoria de los estudiantes asesinados. “Hay gran movimiento en torno a memoria histórica y sólo por ver eso, ha valido la pena trabajar en esta Universidad durante veintitantos años”, comenta.
Comenzó en la Universidad de Concepción, desde donde fue expulsada “por ser una persona peligrosa para la seguridad nacional”, según recuerda especificaba el documento. En el exilio Trabajó en la Universidad de Paris, Francia; en la Simón Bolívar, de Venezuela; en la Universidad de Buenos Aires, Argentina; en la Escuela de Altos Estudios, de París; y también ofreciendo cursos en universidades de Estados Unidos y Canadá. Actualmente colabora con el mundo académico brasileño.
Su área de investigación siempre ha estado ligada a América Latina, para “construir una perspectiva propia de su relación con el mundo y con la cultura. Pero es una cultura que tiene una voz original, muy válida, y múltiple. América Latina tiene una variedad cultural muy grande, pero lo que articula todo eso es la cultura, nacida de la colonización y fracturada para siempre por la colonización. Hemos hecho una cultura a partir de fragmentos”, explica.
“Jamás en la vida” pensó que dedicaría tantos años a la docencia y aún se impresiona de pensar en las miles de personas que ha conocido en distintas partes del mundo. “Siento que tengo una red de estudiantes que además son una red de afectos, no sólo intelectual. Yo no me siento una intelectual pura y aislada. Soy un animal de afectos que es intelectual. Yo primero soy una madre y no tengo uno, sino muchos discursos diferentes y uno de ellos es el de los afectos. Eso es lo que lo impulsa a uno a hacer cosas. Sin mis hijos y sin mis alumnos no sería quien soy. Es por ellos que he hecho todo esto”.
Las presentaciones y conclusiones del Coloquio en tributo a los 50 años de docencia de Ana Pizarro serán parte de una publicación que el IDEA presentará –próximamente- junto con la Universidad Federal de Acre de la Amazonía para, como dice Carolina Pizarro “seguir cultivando los lazos que propone Ana”.