- Destacada como una de las “100 Mujeres Líderes” (2015) por El Mercurio en conjunto con la agrupación Mujeres Empresarias, Josefa Villarroel (35) ha desarrollado una amplia trayectoria tanto en el sector público, como privado focalizando sus energías en la promoción y apoyo al emprendimiento.
Costó. Por momentos parecía un pedregoso desafío, pero finalmente Josefa Villarroel mencionó un pasatiempo que sobrepasara, de manera aparente, una de las pasiones que ha guiado la trayectoria de su vida: el emprendimiento.
Pese a confesar el placer que le producen los musicales de Barbra Streisand o las desavenencias de los Targaryan con los Lannister en “Game of Thrones”, la destacada emprendedora usachina no encontraba algún pasatiempo al cual le dedicara parte de su ajetreada rutina.
Finalmente, mencionó el running, deporte que descubrió -confiesa entre risas-, gracias a una corrida por el emprendimiento y la innovación realizada hace algunos años.
Lo que ocurre es que Josefa respira y vive el emprendimiento. Ya sea en su programa radial “Innova Rock”, en sus labores académicas o en las distintas instancias de apoyo a la comunidad nacional de emprendedores, el eje siempre es el mismo: fortalecer y contribuir día a día a robustecer el impacto y la consolidación del ecosistema emprendedor del país.
Orígenes en la U. de Santiago
Josefa Villarroel ingresó a la carrera de Administración Pública el año 1999. A su juicio, optó por el Plantel ya que compartía el sello asociado con el “hacer”, que se vincula con la idea de llevar a la práctica lo aprendido. Eso, agrega, le permitió potenciar ciertas habilidades e intereses que ya la acompañaban.
De esos años, que se extendieron hasta su titulación el 2004, destaca la intensidad de la vida universitaria presente en la Casa de Estudios, la que vivió, a diferencia de sus compañeros, en su rol de mamá.
El apoyo de sus compañeros y de la comunidad universitaria fue muy importante en esta etapa de su vida. Acciones que se tradujeron, por ejemplo, en que su hija pudiese asistir a la Sala Cuna de administrativos y profesores de la Corporación.
Para Villarroel, este tipo de acciones demuestran “un verdadero sentido de comunidad. Y yo siempre lo vinculaba a este sello que tiene la universidad del “hacer”, porque cuando tú haces y vives las experiencias y estás desde esa perspectiva, realmente puedes comprender distintas aristas. Y eso también te vuelve más humano”, enfatiza.
En la misma línea, añade que “uno ve con los años de desarrollo profesional que eso se vuelve un sello distintivo de tu formación. Que es un sello no solamente por las características que pueda haber tenido uno, sino que de otros profesionales de la Universidad”.
Recuerda, entre risas, arduas jornadas de trabajo a lo largo de su trayectoria profesional, donde poco a poco comenzaban a aparecer características propias del “usachino”, “porque se nota ese sello distintivo”.
También, de su paso por el Plantel acentúa el enfoque a la gestión, “pero desde el punto de vista de afrontar y evaluar distintas posibilidades para solucionar un problema. El llegar a soluciones concretas, muchas veces teniendo la capacidad para reordenar factores o contemplando imprevistos. Siempre uno va a encontrar una solución y eso también es parte del sello que nos imprime la Universidad durante los años de formación”.
Sello emprendedor
Al ser consultada por qué decidió ligarse al área del emprendimiento, Villarroel afirma que siempre le gustó el ámbito de los negocios, las empresas o las Pymes. “Cuando entré a mi carrera, me di cuenta de que era un medio para que pudiese enfocarme y desarrollarme profesionalmente”.
Rememora que, incluso, dependiendo del ramo y sus contenidos, siempre buscaba vincular esa pasión con alguna de estas temáticas, lo que la llevó a especializarse en la materia.
Afirma, relacionado con este punto, que su sueño laboral siempre fue “trabajar en la Corfo o en Sercotec, y esta posibilidad, esta diversidad entre compañeros y profesores, me permitieron ir especializándome y después de egresada logré trabajar en ese ámbito”.
“Es algo que siempre me ha apasionado, por el impacto que tiene en el país, todos los efectos en empleos, en productividad, que los emprendedores, las pymes y las empresas generan, pero también por los valores humanos que hay detrás del emprendimiento”, pronuncia.
Aporte al ecosistema emprendedor
Ya egresada, Villarroel ha cumplido variados roles enfocados en la promoción y el fortalecimiento tanto de políticas ligadas al emprendimiento como vinculadas a optimizar su propio ecosistema.
Pasos por Corfo en diversas áreas y programas, en el Banco Interamericano del Desarrollo, en la Universidad Adolfo Ibáñez o su rol como conductora del programa “Innova Rock”, forman parte de su trayectoria profesional.
“Con mi carrera he podido hacer un gran aporte en los distintos lugares en los cuales he trabajado, ya sea poniendo en práctica este sello de cercanía, de noción de la realidad, que me ha permitido no solamente ejercer en el lado más teórico o de desarrollo de las políticas públicas, sino que también siempre estar súper ligada a cómo esas políticas públicas se implementan en los emprendedores”, señala.
Sin duda, uno de los hitos que recuerda con especial cariño fue el galardón que la reconoció como una de las “100 Mujeres Líderes” del año 2015, “que era algo que no me lo esperaba. Realmente fue muy significativo, porque me hizo notar todo el aporte que el ecosistema de emprendimiento había reconocido en mí durante 12 años en este tema”.
Recoger buenas prácticas
En relación a los desafíos pendientes en torno al emprendimiento, considera que se necesita una mayor difusión de los instrumentos vinculados a la materia, ya que “es muy difícil que una persona que está tratando de sacar su proyecto o emprendimiento adelante tenga la capacidad de mapear todo lo que hay”.
Junto a ello, también estima necesario realizar un esfuerzo a nivel país para “recoger las buenas prácticas que se han realizado en estos 10 años, que lleva trabajando todo el ecosistema en temas de emprendimiento e innovación”.
Por otra parte, también considera clave ampliar las conceptualizaciones en torno a lo que entendemos por emprendimiento e innovación a nivel país. “Yo creo que de repente reducimos tanto estos conceptos que finalmente no vemos a toda la gente que está haciendo cosas importantes en términos de generar productividad y nuevos empleos”, reflexiona.
El problema, de acuerdo a su experiencia, radica en que “entramos en una discusión constante donde el emprendimiento es el pariente pobre de la innovación, donde existen distintos tipos de emprendimientos. Y si bien para términos de estudios o lineamientos que uno utiliza en políticas públicas son necesarios, en el día a día lo que hace eso, más que impulsar el emprendimiento es oprimirlo”.
Emprendimiento: una actitud
Finalmente, al ser consultada sobre qué consejos le entregaría a la comunidad universitaria para que den el paso definitivo para desarrollar sus propios negocios e iniciativas, señala, por un lado, la importancia de buscar herramientas que permitan perfeccionarse de manera constante, para así “canalizar todo ese ímpetu de creación que uno pueda ir generando”.
Por otro lado, destaca que, antes que todo, “el emprendimiento es una actitud que te da posibilidades. Y, en ese recorrido, “uno puede entender que el principal emprendimiento y el más difícil de desarrollar es uno mismo. Uno, en sí, es un emprendimiento”.
Y, en ese sentido, “todas las características que tiene el emprender, la perseverancia, la pasión por lo que uno hace, indudablemente va a generar en ti un sello diferenciador como profesional. Algunos están pensando en postular a una beca al extranjero, irse a trabajar afuera, levantar su propia empresa o sumarse al proyecto de otro. Eso es algo que te va a servir, que te va a hacer diferente y también te va a empoderar de las decisiones que quieras tomar”, concluye.