Si bien los primeros años de enseñanza media compartía su vocación entre las carreras de salud y los idiomas, María José Labayru decidió ingresar a la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago, tras un rápido paso por un Plantel de Educación privado, donde estudió odontología. Fue la Usach, la Institución que le abrió las puertas al mundo y con ello salió de una burbuja, reconoce.
“Di por segunda vez la Prueba de Aptitud Académica en la búsqueda de un nuevo objetivo: concentrarme en los idiomas. Fue la Feria del Postulante de nuestra Casa de Estudios, la primera en cautivarme, y me hizo postular a mi Alma Máter”, remarca.
Tras cinco años de estudio obtuvo la licenciatura en lingüística aplicada a la traducción en Inglés-Japonés, etapa que consideró todo un desafío porque en esos años se consideraba la carrera del futuro y no se equivocó, a tal punto que persiguiendo su sueño continuó estudiando Ingeniería Comercial y luego un Magíster en Dirección Comercial y Marketing en la Universidad Europea de Madrid.
“Ingresar a la Usach fue la mejor decisión de mi vida. Hay un antes y un después, porque en el Campus único compartí con una diversidad de amigos de todas las carreras. Es una Universidad muy completa y un ejemplo para otras. Tienes todo un mundo ahí mismo y eso no tiene precio”, expresa.
La licenciatura en lingüística aplicada a la traducción en Inglés-Japonés se transformaría en la sólida base de su curriculum profesional que le ha permitido interactuar con los mercados de exportación e importación de Europa y Asia, además de cinco años en la representación diplomática de Corea en nuestro país y su incursión en el Ministerio de Relaciones Exteriores siendo puente de las delegaciones que vinieron a la APEC 2004.
¿Visualizabas tu carrera profesional como se ha ido presentando después de estudiar en la Usach?
Tengo muchos recuerdos de la experiencia vivida en la Universidad de Santiago más allá de mi carrera propiamente tal. Hacía deporte, particularmente tenis, y las canchas estaban ahí mismo. Era fantástico. Tomé cursos coprogramáticos, recuerdo uno en especial de chino mandarín. Otros compañeros hicieron otro de ruso. Iba a extra programáticos de teatro. La carrera me abrió otro mundo. Siento que desarrollé mis estudios como los visualicé al entrar. Quise trabajar en una embajada, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, o en empresas que tuvieran relaciones internacionales. Eso estaba en mi mente y así se fue dando. Cuando terminé la carrera, Chile fue sede de la APEC 2004, ingresé al Ministerio de Relaciones Exteriores en un cargo de asistente bilingüe, como oficial de enlace entre Cancillería y las delegaciones. Eso me abrió otras puertas.
Luego estuve cinco años en la Embajada de Corea. Me sirvió mucho aprender sobre la cultura oriental en la Universidad de Santiago. No se queda solo en el idioma… La lingüística es sumamente importante porque en una representación diplomática se hace mucho trabajo de investigación, entrevistas… pasé por distintas áreas, economía, política, cultura.
Se advierte en tu personalidad que buscas siempre nuevos desafíos y se abrieron nuevas perspectivas laborales en el ámbito privado según desprendo de tu curriculum que te llevaron a seguir estudiando y perfeccionándote desde el área del marketing, pero sin dejar de lado los idiomas.
_Sí, estudié Ingeniería Comercial como complemento, lo que me permitió tomar contacto directo con el mercado asiático, estadounidense y europeo trabajando como Export Manager en dos importantes viñas nacionales, pero eso sin duda eso fue gracias a la base de los idiomas que me dio la Usach. Tú puedes ser un excelente ingeniero comercial, pero el acceso a la conexión con otras culturas no lo encuentras en otro Plantel de Educación Superior. El nivel de inglés de la Universidad de Santiago es sumamente bueno y qué decir del japonés. Tengo además un Magister en Dirección Comercial y Marketing de la Universidad Europea de Madrid.
Actualmente María José está dedicada a la asesoría comercial a viñas y trabaja para una multinacional de envases flexibles diseñados en forma especial para las industrias alimenticia, farmacéutica y minera, por lo que debe ser puente con ejecutivos de todo el mundo. Su sueño es tener su propia empresa que asesore a otras que deseen importar y exportar.
Sobre la Usach remarca que es su alma mater y que aunque siguió estudiando en otras universidades de Chile y España, nuestra Casa de Estudios es imborrable, porque “representa el mundo en un solo lugar. No me arrepiento de haber elegido esta carrera. Si hubiese sido solo una ingeniera comercial nunca podría haberme hecho cargo de los mercados internacionales o trabajar con empresas en Asia. Ese es mi elemento distintivo. No hay ninguna Universidad donde veas el universo que concentras en nuestro Plantel. La Usach es superior en calidad de educación y su diversidad no la encontraras en ninguna parte”, remarca orgullosa.