El 29 de noviembre de 1993 fue creado el Bachillerato en Ciencias y Humanidades de la Universidad de Santiago, un programa académico interdisciplinario e integral cuyo objetivo es que los alumnos reciban una formación universitaria de excelencia en estas dos áreas.
Por medio de esta unidad, nuestro plantel entrega un acompañamiento vocacional y académico a estudiantes que no tienen clara la carrera que seguirán, así como a aquellos jóvenes que provienen de establecimientos vulnerables a través de los programas de inclusión como el Propedéutico, Ranking 850 y PACE.
Bachillerato surge con un criterio de admisión basado en el mérito escolar orientado a combatir la deserción y repitencia causadas por el desconocimiento de las carreras universitarias o una insuficiente orientación profesional. Cada año son alrededor de 200 jóvenes los que ingresan a la Educación superior por esta vía.
“Este es de los pocos Bachilleratos en el país que reúne las ciencias y las humanidades, lo cual le permite a los estudiantes tener una visión global de las distintas áreas del conocimiento y enfrentarse a ellas desde un punto de vista vocacional”, sostiene la directora de la unidad, Dra. Marcela Orellana Muermann.
La académica asume la dirección del programa en 2012 y durante su periodo comienza a implementarse el sello en Educación para la Paz de manera transversal en la malla curricular, basados en los principios de Unesco.
En ese marco, los distintos cursos de Humanidades suman esta línea a sus clases. Por ejemplo, Psicología tiene una unidad de Resolución de Conflictos; Lenguaje toma como eje un tema ligado a los DD.HH.; Filosofía trabaja Ciudadanía; Tecnología se dedica a dar una visión del Mundo Sustentable.
Uno de los desafíos para este 2019 es integrar esta mirada en los cursos de Ciencias para formar a los jóvenes con una visión del mundo más sustentable.
Para este programa, la universidad otorga un 20% de la matrícula de cualquiera de las carreras que imparte, lo que supera ampliamente las condiciones que ofrece cualquier otra universidad o programa de este tipo.
Acompañamiento integral
La Dra. Orellana destaca los dos aspectos que forman el proceso de acompañamiento de la universidad a los estudiantes: vocacional y académico.
En el caso del primero, la malla curricular presenta dos cursos dedicados a este aspecto: Inducción Vocacional I y II. Uno busca entregar a los alumnos elementos teóricos para plantearse preguntas sobre el mundo universitario y los distintos campos del saber, mientras que el segundo es dictado por psicólogos y se basan en talleres que permiten a los jóvenes centrar las preguntas en ellos mismos y en su vocación particular.
“Paralelamente se organizan visitas a las distintas carreras de la universidad, donde los estudiantes son recibidos por representantes de las carreras”, indica la académica.
Además, agrega, el programa “cuenta con una profesional a disposición de los alumnos fuera del horario de clases para responder sus preguntas y, cuando es necesario, derivarlos a ayudas especializadas que ofrece la Vicerrectoría de Apoyo al Estudiante”.
Asimismo, según requerimientos, se organizan talleres de técnicas de estudio u otros temas.
Por otro lado, la Dra. Orellana señala que en el aspecto académico, el PAIEP “tiene una muy buena articulación con Bachillerato y pone tutorías a lo largo del año académico para los alumnos, tanto a nivel individual o grupal, a veces antes de pruebas o según lo demanden los estudiantes”.
“Junto a PAIEP se realiza un seguimiento de notas parciales, de manera de detectar los problemas que van surgiendo y apoyar a aquellos alumnos que presentan problemas académicos”, remarca.
El principio de igualdad es fundamental, asegura la directora del programa. “Los jóvenes que ingresan por esta vía alternativa a la educación superior se forman con una mirada amplia gracias a este proyecto, ya que además de ser un modelo que integra las Ciencias y Humanidades, reúne a estudiantes de origen diverso”, recalca.
“Nuestros alumnos son muy generosos entre ellos. Este programa tiene algo especial y eso es el compañerismo que se da acá”, expresa la académica.
En ese sentido, recuerda que en Bachillerato conviven todo tipo de realidades al acoger también jóvenes de establecimientos vulnerables (PACE, Propedéutico y Ranking 850). “Los alumnos del programa se caracterizan por ser personas comprometidas, cuestionadoras y preocupadas por el entorno”, sostiene.