Académicos U. de Santiago

Proyectan disminución del agujero de la capa de ozono en el corto plazo

Un grupo de especialistas de la Universidad organizaron una actividad para conmemorar los 30 años del Protocolo de Montreal y proyectar los desafíos futuros. En tal contexto, se puso énfasis en que este Acuerdo suscrito por 196 países ha permitido contener la expansión de la capa de ozono, que logró su máxima extensión en 2006. De acuerdo a uno de los panelistas, Dr. Raúl Cordero, el agujero en la capa de ozono podría cerrarse a fines de este siglo. “Aunque el cierre del agujero es paulatino, hoy estamos viendo las primeras señales de recuperación”, advirtió.
“El aumento de las concentraciones en la atmósfera de gases de efecto invernadero y su interacción con las variaciones de ozono sobre la Antártica, que aún se esperan en las próximas décadas, hacen necesario continuar el monitoreo del clima antártico. Afortunadamente, en eso está el foco de la investigación polar chilena”, Dr. Raúl Cordero, experto en cambio climático y profesor asociado del Departamento de Física

“Aunque el cierre del agujero es un proceso paulatino que aun tomará décadas, hoy podríamos estar observando las primeras señales de recuperación de la capa de ozono. Esperamos el cierre total del agujero sobre la Antártida antes de fines de este siglo”.


Con estas palabras, el experto en cambio climático y profesor asociado del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Raúl Cordero, se refirió al estado actual del agujero de la capa de ozono, en el marco de la ceremonia de conmemoración de los treinta años desde la suscripción del Protocolo de Montreal, cuyo origen data del 16 de septiembre de 1987 y ha sido firmado por 196 países, a fin de proteger la capa de ozono mediante el control de casi cien sustancias químicas, eliminándolas de manera gradual.


En la jornada, que se realizó en el Salón de Honor de Casa Central, el Dr. Cordero expuso la ponencia “Agujeros de Ozono y Cambio Climático”, en la que destacó que el acuerdo haya logrado contener la degradación de dicho agujero, que alcanzó su máxima extensión el 24 de septiembre de 2006 (30 millones de km2). Más aun, considerando que está situado sobre la Antártica, lo que es determinante para el clima del hemisferio sur.


“Para quienes vivimos en esta zona, el Protocolo realmente es motivo de celebración, porque si el agujero de ozono continuara expandiéndose, sus efectos climáticos serían particularmente graves en nuestro hemisferio”, advierte.


El Director del Laboratorio de Metrología Óptica ejemplifica los efectos nocivos de esto con el caso de Puerto Montt, donde las precipitaciones han disminuido a razón de 7% por década en los últimos 40 años.


“El aumento  de las concentraciones en la atmósfera de gases de efecto invernadero y su interacción con las variaciones de ozono sobre la Antártica, que aún se esperan en las próximas décadas, hacen necesario continuar el monitoreo del clima antártico. Afortunadamente, en eso está el foco de la investigación polar chilena”, afirmó el investigador.


Para el especialista, los desafíos a futuro en este tema son descubrir nuevos químicos que dañen la capa de ozono, para incluirlos en el Protocolo.


Seguir alerta


Por su parte, el también organizador de la jornada, Dr. Jaime Pizarro,  expuso su ponencia “Hechos históricos del Protocolo de Montreal”. El Director del Departamento de Ingeniería Geográfica de la institución y Doctor en Ciencias con mención en Química también destacó que el agujero se encuentre actualmente contenido en su expansión, pero llamó a la comunidad científica a seguir  alerta a eventuales cambios.


“El desafío es que los acuerdos internacionales a futuro implementen las necesarias regulaciones que permitan disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, para así mitigar más eficazmente el cambio climático, cuya evidencia la estamos palpando todos los días”, sostuvo.


“Gracias a las disposiciones del Protocolo, se han podido disminuir la emisiones de gases de efecto invernadero, compuestos que en la estratosfera se descomponen por la fuerte radiación, provocando la liberación de cloro y otros halógenos, que son catalizadores de la degradación del ozono”, explicó.


El Rector de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Juan Manuel Zolezzi, resaltó que el plantel sea el que más proyectos de investigación tiene en la Antártica, según aseguró el Instituto Antártico Chileno.


“Es un compromiso de responsabilidad social de todos y cada uno de nosotros, de cuidar el medio ambiente, y debemos estar en todas las instancias que sean necesarias para que ello se produzca”, sostuvo. “Si no hacemos nada en la academia para detener el calentamiento global, terminaremos eliminándonos los unos a los otros”, enfatizó.


También asistieron al evento el representante de la Embajada de Canadá en Chile, Mark Richardson; el representante de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), José Eduardo Latorre; y el representante del Instituto Antártico Chileno, José Retamales.

Autor: 
Cristóbal Miranda Ríos