Los diputados de la UDI Gustavo Hasbún y Osvaldo Urrutia condicionaron la aprobación del Presupuesto para el Transantiago a la entrega de un subsidio a la demanda para adultos mayores, por los gastos que genera el valor del pasaje a este segmento etario. Sin embargo, ¿es esta una medida correcta para disminuir la evasión?
El experto en transporte urbano de la Escuela de Arquitectura de nuestro Plantel, Rodrigo Martin, considera que la disposición, si bien va en la dirección correcta para combatir los malos resultados económicos del sistema de transporte, es solo parcial. “Esto tiene que ser estudiado con cuidado, porque no es solamente subsidiar a la tercera edad. Si se aplica a los adultos mayores de las comunas más acomodadas, ¿qué sentido tendría? El subsidio a la demanda debe ser por sectores socioeconómicos”, sostiene.
De acuerdo al académico, condicionar la aprobación del Presupuesto a esto “es razonable, pero oportunista, porque se está asociando la medida solo a los adultos mayores. Si se revisa la distribución de la evasión, esta tiene que ver no solo con problemas de edad, sino que también a aspectos socioeconómicos”, sostiene.
Cuestiona que se trabe la asignación del presupuesto usando un tema que es sensible y real, pero que técnicamente no es preciso, “porque si solo se hace en relación a los adultos mayores, debe considerarse que ellos tampoco son homogéneos”.
A juicio de Martin, primero debe considerarse que “los niveles más bajos de este país gastan un 20% del ingreso familiar en transporte” y que “Santiago es una ciudad tremendamente polarizada, donde la distribución de ingresos y localización es muy inequitativa. Hay que ser consciente de las diferencias sociales que tenemos”.
“El tema de los adultos mayores es solo un primer paso. Debería revisarse esto con mayor precisión y hacer una evaluación general sobre qué sectores de la ciudad requieren un subsidio a la demanda mayor”, agrega.
No obstante, reconoce que cambiar el foco de la discusión sobre la evasión, poniendo énfasis en el subsidio a la demanda, es algo positivo. “Es tremendamente sensato que se haya cambiado la discusión desde los torniquetes y del valor de las multas que se pretenden subir cada vez más a una visión que es más sensible respecto de la realidad económica y necesidad del transporte que tiene la ciudad”, sostiene.
“Si pensamos poner más torniquetes o subir las multas, lo que se hace es aplastar un problema que afecta a la gente que se mueve por la ciudad, viendo de manera homogénea a la ciudad, asumiendo que todos pueden pagar, que todos se pueden mover y que los que no lo hacen requieren ser multados”, complementa.
Por otra parte, el especialista advierte que una medida de este tipo “implica menores ingresos para el sistema, porque estaríamos reduciendo la tarifa, pero es de esperar que eso redunde en un compromiso de la gente con el Transantiago, y que empiece a usarlo y pagarlo en su justa medida, para balancear nuevamente el sistema”.