Con una diferencia de alrededor de 60 votos con su contendora, la titulada de periodismo de nuestra Universidad, y Magíster en Comunicación Política de la Universidad de Chile, Rocío Alorda Zelada, se transformó en la nueva presidenta del Colegio de Periodistas
A través de Zoom, destacó lo valioso de que compitieran dos listas en estos comicios ya que genera un mayor interés entre los colegas e invitó a quien resultó segunda, Myriam Verdugo, en esta elección a no restarse de su participación en el Colegio.
Rocío tiene un fuerte pasado usachino. Ingresó en el año 2000 a nuestro Plantel, pero no directamente a Periodismo, sino que al Bachillerato en Ciencias y Humanidades..
-¿Cómo fue esa experiencia?
- Fue súper interesante y valiosa porque yo era la típica estudiante de buenas notas, con un buen puntaje en la Prueba de Aptitud Académica, pero que no tenía claridad de cuál era la carrera que quería estudiar. Me consideraba humanista, pero me gustaba también la biología. Bachillerato fue un programa que me permitió tener un paneo general de distintas disciplinas. Me ayudó también a madurar y a percibir en ese primer año como era el intenso mundo universitario. Es un programa muy eficiente porque estas compitiendo con tus notas para tener un cupo en una carrera. Cuando elegí periodismo, tenía más cancha en ese espacio.
La nueva presidenta del gremio estudió su enseñanza media en un colegio particular subvencionado en calle Bernal del Mercado (hoy Obispo Umaña en Estación Central), así que para ella la Usach desde pequeña siempre fue ‘la Universidad pública', su objetivo y su sueño. “Tuve una vida universitaria muy plena. Lejos fueron mis mejores años”, remarca con emoción. Fue vicepresidenta de su carrera, pero declinó postular a la Feusach, porque “sentía que estaba en manos de las juventudes políticas de aquella época y yo no militaba en ningún partido. Aunque me consideraba de izquierda y participaba en diversas instancias políticas de la Universidad, creo que en esos años no estaba para esas grandes ligas”, remarca.
En medio de esos seis años universitarios se sumó a la Escuela Enrique Kirberg, donde junto a otras/os universitarias/os hacían clases a personas que necesitaban cumplir con el requisito de completar su enseñanza media. Tras titularse en 2007, trabajó en el Servicio Nacional de la Mujer (Bachelet 1) y sería Margarita Pastene, entonces directora de comunicaciones, quien la invitó junto a otros titulados y tituladas a participar en la Radio Usach, donde les encomendó la labor de crear un equipo de prensa. “Compartí entonces con Daniela Gallardo y con Pablo Medel, entre otras/os compañeras/os con quienes nos dedicamos a armar toda esa área de producción periodística. Estuve en prensa y después fui editora de cultura… fue una experiencia hermosa… teníamos toda la libertad de crear programas”, recuerda.
Tras un año y medio en este medio de comunicación universitario también cursó un diplomado en el Instituto IDEA sobre Estudios Internacionales. Luego, comenzó su especialización en temas de género trabajando para la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, Anamuri, hasta 2009; 5 años laboró en la Universidad de Chile; se integró a la Fundación Prodemu y actualmente enfrenta nuevos desafíos como asesora parlamentaria y como presidenta del Colegio de Periodistas, donde uno de sus grandes objetivos será fortalecer el derecho a la comunicación y el respeto y protección al ejercicio de la prensa.
Multifuncionalidad del periodista
-¿Cuál es tu opinión sobre la formación del periodista de la Universidad de Santiago?
-Yo soy de la primera generación después de que la Escuela estuvo cerrada. Casi no teníamos compañeras/os para atrás. Fuimos muy contenidos por la planta académica y herederas/os de una formación evidentemente con pensamiento crítico. Era una carrera que te daba un amplio barniz de conocimientos, con varios semestres de Teoría de la Comunicación; Televisión; y Prensa Escrita. No estaba el boom de las redes sociales, pero ya teníamos periodismo digital. Una de las debilidades que vemos en las nuevas generaciones es la falta de lectura crítica incluso respecto a la labor profesional; creo que en la Usach los académicos que tuvimos y a los cuales admiro, nos formaron bastante bien para analizar desde esa óptica la realidad.
-¿Cómo visualizas el campo laboral para las nuevas generaciones de periodistas?
-Siempre les digo a mis estudiantes (porque también me corresponde hacer clases en la Universidad Central) y en eso no les puedo mentir, que el mercado en Chile es tan pequeño que no absorbe a una gran cantidad de periodistas, pero más allá de esta lógica existe una gran precarización. Hoy los periodistas trabajamos en el Estado, en los municipios, en las instituciones porque hay una crisis de los medios de comunicación. La tendencia ha sido a la multifuncionalidad donde debemos hacer diferentes cosas y eso no es más que precarización laboral. A Chile le pesa no tener más incentivos para crear nuevos medios de comunicación o establecer un sistema de medios públicos. No hay una institucionalidad que mire las comunicaciones como una cosa más macro y eso daña el desarrollo de las fuentes laborales.
-¿Qué le diría la presidenta del Colegio de Periodistas a las/os futuras/os colegas?
-Que necesitamos más periodistas que sigan poniendo al centro de la labor profesional la ética y el bien común de la sociedad. Por eso son tan importantes las escuelas de periodismo como la de la Usach donde yo y muchos nos formamos. Vivimos una crisis de deslegitimidad de los medios y también donde hay un avance importante de la desinformación. Por eso es imperiosa la formación de periodistas con ética y con un fuerte compromiso en la búsqueda de la veracidad de los hechos. Por eso, además los llamo a continuar sus estudios después de salir de la Universidad, porque ese es el primer paso. Cuando nos especializamos también logramos situarnos laboralmente y generar mayores redes. Cualquiera sea el trabajo al que ingresen no olviden la razón que los llevó a estudiar esta carrera.