Académico del Departamento de Ingeniería Química de la U. de Santiago, Dr. Valeri Bubnovich, trabaja en el diseño de un dispositivo especialmente creado para industrias de pintura y de empaques plásticos, con el objetivo de disminuir la emisión de elementos volátiles nocivos.
La calidad del aire de Santiago continúa siendo una preocupación para sus habitantes y autoridades. La contaminación atmosférica se mantiene como un problema pendiente, esto, pese a las medidas adoptadas para reducir la emisión de tóxicos por parte de los automóviles o por la industria.
Entre estos últimos se encuentran los compuestos orgánicos volátiles, (COVs), que son cancerígenos y, además, contribuyen a la formación del ozono troposférico, en combinación con los óxidos de nitrógeno (NOx) emitidos por los vehículos y la radiación solar.
Frente a este panorama, el académico del Departamento de Ingeniería Química de la U. de Santiago, Dr. Valeri Bubnovich, lidera un proyecto para elaborar un dispositivo que capture y destruya los COVs, tóxicos que son expulsados a la atmósfera por las industrias. Se trata de la iniciativa "Diseño y desarrollo de un incinerador de compuestos orgánicos volátiles en el aire de baja concentración", financiada por la Corporación de Fomento a la Producción (Corfo).
El proyecto, que se ejecuta en conjunto con HYC Packaging, empresa dedicada a pintar envoltorios plásticos (papas fritas, galletas, mayonesas, entre otros), tiene como objetivo crear un prototipo que succione el vapor del diluyente de la pintura, y que al pasar por un combustor de medio poroso, se transforme en dióxido de carbono (CO2) y vapor de agua, que podría ser usado como fuente de calefacción. Todo este proceso tiene por finalidad destruir las pequeñas partículas de pintura que son expulsadas al ambiente.
Por lo mismo, el resultado del estudio tendrá una doble utilidad, aunque la empresa y el académico ya piensan en un tercer objetivo. El Dr. Bubnovich indica que "HYC también estaba interesada en la posibilidad de captar estos elementos en lugar de destruirlos, diluirlos y devolverlos al proceso productivo. Pero para ello estamos hablando de una tecnología un poco más compleja".
Este trabajo se extenderá por los próximos dos años y tendrá dos etapas de ejecución. La primera, servirá para trabajar a escala de laboratorio, creando simulaciones de atmósfera contaminada por los COVs, para luego realizar la selección de un agente dominante con el cual experimentar. Esto permitirá buscar los materiales adecuados para la construcción del reactor, lo que se medirá con una serie de análisis que comparen el gasto energético versus costo de material, lo que decantará en una fase final que se aplicará en la misma empresa, la que cederá una línea de producción para la marcha blanca del dispositivo.
El equipo que acompaña al Dr. Bubnovich está compuesto por varios académicos de la Universidad, entre ellos César Rosas y el Dr. Roberto Santander, ambos del Departamento de Ingeniería Mecánica; el Dr. Aldo Saavedra, del Departamento de Ingeniería Química; además, de integrar a jóvenes investigadores que se encargarán de la simulación de combustión de los COVs, como el Dr. Luis Henríquez, ex estudiante de doctorado y académico del Departamento de Ingeniería Química. El proyecto también contempla la colaboración de investigadores extranjeros.
Lo que se espera del proyecto es dar un respaldo empírico y teórico a brindar soluciones que sean aplicables a las empresas del país, permitiendo que reduzcan sus emisiones de compuestos orgánicos, esperando disminuir las alertas ambientales y que las futuras políticas sobre el tema puedan tener la eficacia que corresponde.
En cuanto al producto resultante, el Dr. Bubnovich concluye: "El sueño es poner en marcha este quemador y que sea competitivo a nivel internacional en cuanto a eficiencia y costo; luego obtener una patente de esto y expandir o transferir la tecnología al resto de las empresas del mismo sector".