Alegría y nostalgia marcan el retorno a las actividades presenciales de funcionarias y funcionarios del Plantel
Labor Lætitia Nostra (el Trabajo es Nuestra Alegría en castellano), reza el lema de nuestra Universidad. El mismo sentimiento que marcó la vuelta a las actividades presenciales al Campus desde el pasado lunes 14 de marzo. Junto con la entrada masiva de estudiantes y académicas/os, ese día se concretó el regreso masivo de las funcionarias y funcionarios de la Universidad de Santiago de Chile.
Si bien muchas/os tuvieron que realizar sus labores de forma telemática, otras/os regresaron al Campus de manera progresiva y algunas/os, por cumplir funciones en áreas críticas del Plantel, no dejaron de asistir al Campus Universitario, lo cierto es que la vuelta estuvo marcada por la alegría del reencuentro, pero también por la nostalgia de los que, por distintos motivos, no concretaron el anhelado retorno.
En este contexto, le pedimos a funcionarias y funcionarios que nos comentaran cómo fue retomar sus labores, luego dos años alejados de las dependencias de nuestra Casa de Estudios producto de la pandemia.
Uno de ellos es Ricardo Montero, funcionario de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio. Para él fue “grato volver a ver las caras conocidas por tantos años, compartiendo diferentes actividades, pero también un poco nostálgico por algunas/os compañeras/os que no volvieron”.
Además, agregó que extrañaba la interacción que se genera entre estudiantes, académicas/os, funcionarias/os. “Eso no tiene comparación con el mundo virtual, aunque te podías ver por una cámara, nunca es lo mismo”, enfatizó.
Para Verónica Aravena, de la Oficina de Información, Reclamos y Sugerencias (OIRS), volver a la Universidad ha tenido un lado positivo y otro negativo. “Por un lado, contenta por estar presencialmente acá, compartir con las/os compañeras/os, disfrutar del patio cuando uno sale a despejarse. En el caso contrario, está el tema de los traslados para acá. Pero me quedo con lo bueno”, dijo.
Con respecto al trabajo, explica que en estas fechas la labor que realiza es muy dinámica y aumenta, en comparación a cuando lo hacía de forma remota, ya que “con teletrabajo, eran más espaciadas las atenciones, también más complejo para la gente (se implementó una plataforma web de atención). Ahora tenemos contacto más directo con las/os estudiantes, además, la gente prefiere llamar por teléfono, entonces ha sido bastante positivo. Se nos pasa el día volando”, aseguró.
En el caso de María Teresa Marchant, analista curricular de la Facultad de Humanidades, durante la pandemia cambió de unidad internamente y el regreso a la presencialidad le ha permitido conocer físicamente a sus compañeras/os, puesto que antes se relacionaban por Zoom una vez por semana y a través del teléfono, entonces al estar físicamente en el Plantel “es más fácil apoyarnos y dar un buen servicio a nuestras/os estudiantes, porque como la mayoría somos nuevas hay cosas que aún estamos internalizando. Estar juntos/as potencia nuestro trabajo”, puntualizó.
A juicio de Janet Vásquez, coordinadora docente de la Facultad de Ingeniería, los más añorable en este tiempo de alejamiento, fue “todo… los árboles, a las personas, a las/os alumnas/os, el compartir con los compañeros, sociabilizar y compartir”. Igualmente, indicó que el reencuentro con sus pares “ha sido maravilloso (…) ver sus caras felices. Creo que todos estamos felices de volver y esperamos que esto perdure”.
En ese sentido, Pamela Murillos, secretaria administrativa de la Vicerrectoría Académica, resaltó que volver a compartir con sus compañeras/os ha sido “súper agradable. La calidez humana que se vive acá, la extrañaba. Echaba mucho de menos volver a trabajar de manera presencial”, destacó.
HIlson Quiroz Moraga, auxiliar del Departamento de Extensión, comentó que “echaba de menos el compañerismo, trabajar en los conciertos, el reencuentro con la gente que viene a las actividades y la gente que viene a ellas. También a los músicos, que me llamaban a mi casa para saber cómo estaba… eso valoro”, aseguró. Por lo tanto, en su vuelta se siente “con ganas de trabajar y hacer cosas. También hay que cuidarse, porque si no nos cuidamos no llegamos a la edad que tengo. Ya voy a cumplir 65 años”, relata.
El caso de Stipf Melillán, funcionario de la Unidad Programa de Acceso Inclusivo, Equidad y Permanencia (PAIEP), es especial. Entró en diciembre de 2021 a trabajar al Plantel y le tocó vivir el sistema híbrido que se implementó. En ese sentido, aseguró que volver a las actividades presenciales completamente, le ha significado “conocer prácticamente a mis compañeras/os y hasta momento no tenido ningún problema, me han incorporado de buena manera”.
Sobre el formato para trabajar, asegura que el presencial es una ventaja, ya que “si nosotros necesitamos algo de otra Unidad, podemos ir a pedir lo que necesitamos. Antes dependíamos mucho que nos respondieran un correo, contestaran un llamado, entonces ahora no”, remarcó.
Otro funcionario que vivó la gradualidad del retorno fue Mario González, jefe de recintos deportivos del Departamento de Gestión y Cultura. Para él y sus compañeras/os las primeras veces que volvieron a la Universidad (agosto 2021), esta presentaba un panorama “desolador”. Sin embargo, “el primer día (14 de marzo) fue un poco caótico por las ansias de la gente de querer entrar y conocer los recintos. Entonces fue maravilloso ver a la Usach llena de personas nuevamente, eso era algo que nosotras/os en algún momento lo considerábamos casi impensado, porque de verdad era triste verla vacía y ahora es esperanzador”, relató.
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