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José Retamales, Premio Egresado de Excelencia: “La Universidad debe educar con el ejemplo…ser un agente de cambio”

José Retamales, Premio Egresado de Excelencia: “La Universidad debe educar con el ejemplo…ser un agente de cambio”

La relación de José Retamales con la Universidad de Santiago es de larga data. Con una vida profesional plena – según asegura- gracias a los conocimientos que recibió desde que ingresó a la otrora Universidad Técnica del Estado, en la sede Punta Arenas y la casa matriz en Santiago, el Ingeniero Civil Químico retornó hace algunas semanas a la Usach para recibir el Premio Egresado de Excelencia en la Categoría de Innovaciones Productivas y Desarrollo Tecnológico, distinción más que merecida cuando repasamos junto a él su historia académica.   

¿Cómo fue su paso por la Universidad Técnica del Estado?

Yo estudié en un liceo público. Mis padres gozaban de buena situación económica y, aunque no terminaron sus estudios primarios, impulsaron a sus hijos a la Universidad. En la década de los 70, la UTE tenía una decena de sedes en el país, e impartía la carrera de Ingeniería Química en varias de ellas. En Punta Arenas se dictaba Petroquímica, ya que ENAP había iniciado sus actividades petrolíferas en Magallanes en 1950 y en una suerte de acuerdo entre ambas entidades públicas, se abrió la carrera con gran éxito en 1965. Ingresé en 1968.  Estudiar Ingeniería Química a los 18 años no fue fácil, pero debo decir que aprendí no solo de mi especialidad sino de la importancia que tiene un Departamento en una Universidad. En 1973 cuando me correspondía empezar mi trabajo de titulación, ocurrió el Golpe Militar. A fines del 74 había una disrupción de la actividad normal en Chile así que retorné a Punta Arenas para intentar trabajar en la ENAP, pero estaban suspendidos los contratos.  Un día visité a mi antiguo director de departamento, que en ese tiempo era el rector de la sede Punta Arenas, y se acordaba de mi porque había sido el mejor alumno de Física, así que me contrató como profesor. Hace 47 años que soy académico en la Universidad de Magallanes, heredera de la tradición de la Universidad Técnica del Estado.

Usted dedicó justamente este premio al Departamento de Ingeniería Química Usach, ¿por qué?

Porque la Universidad no es otra cosa que el prestigio que obtiene gracias al esfuerzo que sus departamentos imprimen en su quehacer diario. Tuve profesores que recuerdo con mucho afecto como Iván Álvarez y otros que han fallecido como Horacio Correa, Lautaro Retamales o Isaac Levi. No había favoritismos, lo que importaba era que uno rindiera y aprendiera en sus cátedras.  Lo que la UTE, que luego pasó a ser la Usach, me entregó no solo fueron conocimientos, sino que fue actitud; entender que con esfuerzo y estudio se superan barreras. Los académicos de los Departamentos de la Universidad educan con el ejemplo, enseñando que la responsabilidad es lo que más importa en la vida profesional. Hoy soy profesor en la Universidad de Magallanes y me encanta recibir a jóvenes con ese ímpetu, con la esperanza de enfrentar una vida nueva. Posiblemente provienen de familias con padres profesionales, pero la inteligencia y las habilidades no dependen de la fortuna de sus padres, sino que de la genética y del esfuerzo que pongan al estudiar

En 1990, con el fin del gobierno dictatorial, Retamales llegó a dirigir la Universidad de Magallanes por cuatro prolíficos años, pero antes había sido presidente de la Asociación de Académicos. Fueron sus propios pares los que lo eligieron. “En esa época, tenía 40 años. Con la soberbia e inexperiencia de los años, me atreví a hablar en contra de lo que había sucedido en el sistema universitario chileno, remarcando que había obtenido un doctorado en el norte de Inglaterra y había conocido otra vida, que fui profesor visitante en la Universidad de Mc Gill en Canadá y que conocí universidades en Europa y Asia. Para mí esto de que los hombres tenían que usar corbata y las mujeres vestir con faldas en la Universidad era claramente una historia que debíamos cambiar”, comenta.

Como máxima autoridad del Plantel creó un Centro Antártico. “Llamamos la atención del gobierno local hacia la ciencia austral. Eso hizo que la discusión cambiara hacia la oportunidad que la Antártica representa para Chile y en especial para Magallanes. Incluso hoy, las acciones que el país desarrolla en dicho continente se deciden en un Consejo de Política Antártica, donde el gobierno regional y la empresa privada no participan. Tenemos que superar la centralización que ahoga iniciativas. Estamos lejos de privilegiar los regionalismos, como lo hacen las naciones desarrolladas, con una descentralización que necesitamos en Chile”, relata.

A fines de los 90’s, el Gobierno decidió cambiar la sede del Instituto Antártico Chileno, INACH, de Santiago a Punta Arenas lo cual tuvo una fuerte oposición de los funcionarios.  “En ese entonces, ya no era rector, y estaba con mi delantal un día cualquiera en el laboratorio, cuando recibí la llamada del Intendente para que asumiera como nuevo director. Acepté, pero el requisito que puse fue que no dejaría mi condición de profesor jornada completa de la Universidad”, relata.

¿Con qué se encontró allí?

_Me fui el 2003 al Instituto y me encontré con un organismo que era más político que científico, como su estatuto indicaba. El INACH había sido dirigido principalmente por oficiales de marina bajo el Gobierno de Pinochet y antes de eso por diplomáticos. No se había organizado la ciencia antártica de Chile en la forma que se conoce en el mundo, con los parámetros de exigencia, competitividad, el escribir proyectos y postular a concursos. Organicé un sistema concursable y junto a Conicyt aumentamos los recursos para mejorar la calidad y cantidad de la ciencia antártica chilena. Crecimos de 16 proyectos a más de 110 cuando terminé mis casi 14 años de director; 9 de ellos por Alta Dirección Pública que es el máximo que uno puede estar en el cargo. Nos permitió en el tiempo acercarnos a la producción científica que tenía Argentina, que nos había superado por muchos años. Basado en lo que aprendí en la UTE-Usach como estudiante y después como académico de la Umag pude transformar el Instituto Chileno Antártico en lo que es, con un fuerte componente de cooperación internacional que no solo favorece a la ciencia, sino que a la política y a la presencia que Chile puede mostrar en ese territorio. Transformé al INACH en una institución que con alegría puedo decir que nos prestigia en el mundo.

Diversos hitos marcaron la administración de Retamales al mando del INACH, destacando la inauguración de los laboratorios “Jorge Berguño”, la ampliación de la base “Profesor Julio Escudero” y la reapertura con laboratorios de las bases “Yelcho” y “Carvajal”; el crecimiento del Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien), aumentando el número de proyectos, los montos destinados a los investigadores y el número de publicaciones científicas antárticas. Además, la puesta en marcha de la primera nave científica antártica, la “Karpuj”, junto a otras tres lanchas de bahía al servicio de la ciencia polar nacional.

A la luz de una trayectoria profesional exitosa, ¿qué le diría a quienes hoy depositan su confianza en las universidades públicas?

_Yo no era un alumno brillante, pero superé las barreras que tuvo la carrera y he tenido la suerte de tener una vida profesional plena, con publicaciones y una patente de invención, he dirigido instituciones internacionales y comités en idioma inglés, pero todo eso es gracias a que la Universidad es un agente de cambio. Esperemos que en la medida que sigamos creciendo como país, sigamos dando oportunidades a las personas que viniendo de cuna humilde tienen la responsabilidad y esfuerzo necesarios para avanzar y crecer.

Aldo Contreras, licenciado en estudios internacionales: “Valoro el sello Usach de transformarnos en agentes de cambio”

Aldo Contreras, licenciado en estudios internacionales: “Valoro el sello Usach de transformarnos en agentes de cambio”

Dejar la Región del Maule y su querido Parral para ingresar a la Universidad de Santiago a la carrera de Licenciatura en Estudios Internacionales en la Facultad de Humanidades fue todo un desafío para Aldo Contreras, desafío que enfrentan muchos estudiantes de provincia. Fue presidente del Centro de Estudiantes de su carrera y hoy prosigue sus estudios en la Usach cursando un Magíster en Políticas Públicas en la FAE, tras realizar un diplomado en descentralización de la Universidad de Chile.
 
Reconoce que siempre le llamaron la atención las ciencias sociales. Tras dar la PSU observó que la Licenciatura en Estudios Internacionales era única en la Usach por su malla interdisciplinaria. “Cuando recorrí por primera vez la Universidad el impacto fue grande.  Esto de que todo esté en un mismo Campus ayuda bastante. Te sientes de igual a igual con cualquiera, te lo inculcan los profesores y la comunidad en general. Valores como el respeto y la inclusión son parte fundamental de la enseñanza junto al rol social que cumplirás al momento de egresar”, remarca con orgullo.
 
Su tesis para optar al grado estuvo dedicada al tema de la descentralización y la hizo junto al profesor Alfonso Dingemans.
 
¿A qué conclusiones llegaste, tomando en cuenta que para el común de los chilenos, este es un país altamente centralizado?
 
_ Uno se da cuenta con un programa estadístico que si bien se hacen reformas para descentralizar el poder en materia administrativa y fiscal, estamos bastante atrasados. Somos un Estado hipercentralizado que poco a poco muestra ciertos atisbos de cambio, pero siempre son insuficientes. Mi evaluación es que son procesos ligados a los tomadores de decisiones, a los políticos que están en su momento, porque al fin y al cabo  tienen que soltar la billetera para que se echen a andar varias cuestiones.
 
Tras los cinco años de carrera se tituló y se transformó en primera generación de su familia en egresar de la Educación Superior Universitaria. Se desempeñó luego en distintos empleos del área fiscal y privada, pero  no perdió contacto con sus profesores, entre ellos con Bernardo Navarrete, con quien trabajó en temas de investigación y ayudantías, tampoco con el cuerpo administrativo y secretarias de la FAHU, a quienes destaca por su constante apoyo.
 
En 2021 optó por el Magíster online en Gerencia de Políticas Públicas de la FAE.  Remarca que los conocimientos siempre tienen que irse renovando y esto se condice con lo que pasa hoy en el país y en el mundo. “Lo que nos enseñan en el Magíster es cómo enriquecer las políticas públicas a partir de distintas perspectivas como género, medioambiente y el sinfín de alternativas que hay en los estados modernos”, explica.
 
¿Por qué elegiste nuevamente la Usach para hacer este postgrado?
 
_Quería seguir ligado a una Universidad de prestigio y lo que más me llamó la atención fueron los distintos electivos que puedes tomar, que  hacen más enriquecedor y complementario el proceso; además quienes componen la planta académica son todos docentes ligados al mundo público y privado con cargos importante en las áreas de Ministerios, Tesorería, Seremis. Aprendes de la experiencia de tus propios profesores.
 
Su rol político
 
No todo fue estudio durante este año y eso hace aún más meritoria tu carrera. También te dedicaste a la política territorial.
 
_Trabajé como coordinador territorial en la campaña de Consuelo Veloso, la primera mujer diputada electa del Maule Sur y se le pidió al equipo posteriormente hacerse cargo del distrito 18 para  la campaña de Gabriel Boric. Aporté en mi rol como analista en Políticas y  Asuntos Internacionales. Asumí labores ejecutivas,de logística y funcionamiento de comandos locales. Apostábamos a acortar la brecha en una región eminentemente de derecha y cuadriplicamos en algunas comunas la votación de primera vuelta.
 
¿Cuán importante ha sido para ti la Usach en mirar con otros ojos la función del Estado y sus instituciones en el nuevo Chile?
 
Haber salido de la Usach fue importante porque migrar desde el campo a la capital es un desafío, que se transforma en un logro al optar por una educación de calidad y ligada al rol que se cumple en comunidad y en la sociedad. La Universidad te deja un sello como agente de cambio que lo llevas donde vayas. El egresado de la Universidad de Santiago siempre va a estar ligado a lo público, al valor del respeto, la justicia, que se inculca en la enseñanza. Nuestra alma mater es un Plantel pluralista con visión de futuro, preocupada por temas ligados a género, derechos humanos, medioambiente, vinculación con el medio que en otras universidades no son asuntos prioritarios. Todo eso te va encantando y motivando a seguir estudiando en la Usach.

Camila Castillo, estudiante de Ingeniería Comercial: “La Usach me acompaña con su formación e identidad de valores”

Camila Castillo, estudiante de Ingeniería Comercial: “La Usach me acompaña con su formación e identidad de valores”

Desde esta semana, Soy Usach se abre también a destacar el trabajo de actuales estudiantes de nuestra Universidad. Así iremos alternando estas publicaciones con los egresados de nuestro Plantel. Hoy comenzamos con Camila Castillo Jiménez, estudiante de la carrera de Ingeniería Comercial de la Facultad de Administración y Economía.
 
 “Tengo una relación muy bonita con la Usach, porque el primer recuerdo que tengo de ella fue cuando iba en tercero básico. Era un paseo escolar en que nos trajeron al Planetario. Recuerdo que me sentí maravillada por las áreas verdes, los edificios, el Campus en general, me llamó mucho la atención”.  Como estudiante del colegio Excélsior y por aquella época vecina de la comuna de Pedro Aguirre Cerda, Camila provenía de una familia de mucho esfuerzo. Su abuela trabajó lavando ropa por años, su abuelo materno se desarrolló como obrero en la empresa Yarur y su abuelo paterno fue funcionario de Carabineros. “Ninguno de ellos terminó el colegio, pero siempre inculcaron en mis padres la importancia de estudiar”, comenta la estudiante de la FAE. 
 
Su padre y su madre, trabajaron y estudiaron una carrera sobre la base de mucho sacrificio. Fueron esas dificultades y esfuerzos los que ha impulsaron a Camila a tomar cada oportunidad que la vida le ha presentado durante estos 5 años.
 
La estudiante de Ingeniería Comercial, comenta que nuestra Universidad siempre ha sido un gran apoyo en sus proyectos y le ha delegado la seguridad necesaria para alcanzar los objetivos trazados. “La Usach ha sido una fuente de desarrollo y crecimiento. Aquí he podido cumplir sueños que veía muy lejanos, como fue el realizar un intercambio, porque por temas económicos siempre veía difícil cumplir esa meta, pero la Universidad creyó en mí”, expresa.
 
¿Por qué elegiste la Usach y la Facultad de Administración y Economía para desarrollarte en tu período de formación profesional?
 
Cuando decidí la carrera que quería estudiar -que fue Ingeniería Comercial- comencé a analizar desde un punto de vista más serio cuáles eran los puntos más relevantes para mí y eso se tradujo en el elegir una Universidad en la que se impartieran ramos que tuviesen que ver con nuestra profesión desde el primer año. Por otra parte, en grupos de redes sociales en las que participaban estudiantes de distintas Casas de Estudios, pude notar que los de Ingeniería Comercial de la Usach, señalaban que en este Plantel se daba mucho esto que yo buscaba. Los ramos eran aplicados desde el primer semestre de la carrera, es decir, podías tener algunas nociones de las áreas que a uno le interesaban desde el comienzo del programa. Eso fue lo fundamental para decidir postular a la Universidad de Santiago.  
 
¿Cómo ha sido este proceso de casi 5 años que llevas estudiando en la FAE y cuál ha sido el crecimiento que has logrado?
 
Bueno, fuera de este año que ha sido muy difícil por la pandemia, en general mi carrera ha sido maravillosa. Ya estoy cerrando esta etapa, en proceso de práctica, pero tengo los mejores recuerdos de la FAE y de la Usach. Pude aprovechar y tomar oportunidades que jamás pensé, tales como haber realizado un intercambio en EE.UU, siendo la primera estudiante en cursar un semestre en la Universidad of Arkansas Fort Smith (2018) y, obtener una beca -antes del intercambio- para estudiar inglés con los alumnos del Magíster. A eso podemos sumar cursos de francés, las competencias internacionales, trabajar con gente de otras carreras, todo ha sido una tremenda experiencia. Creo que cerrando esta etapa no puedo estar más agradecida y contenta por todas las oportunidades y por todo lo que he podido crecer en la Usach, no solo a nivel profesional, sino también como persona: madurar, empatizar y todo el desarrollo que he adquirido estos últimos 5 años.
 
¿Cómo fue la experiencia de competir en el extranjero?
 
Durante mi carrera he participado en cuatro competencias, siendo parte del equipo finalista, representando a Chile en dos instancias: L’Oréal Brandstorm 2019, viajando a Paris y KICC KPMG Innovation and a Collaboration Challenge, que se realizó en Buenos Aires.
 
En L’Oréal Brandstorm, junto con un equipo multidisciplinario, desarrollamos la nueva experiencia en Skin Care junto con una de las marcas del grupo L’Oréal. Para KICC, tuvimos que desarrollar una innovación y motivar a las personas a tomar acción por su salud, abordando como caso los índices de depresión y ansiedad en nuestro país.
 
¿Qué importancia asignas a los convenios de la FAE y la Usach que permiten que puedan realizar prácticas en empresas multinacionales?
 
Creo que varios estudiantes valoran y aprecian recibir ofertas de prácticas de empresas multinacionales a través de la Universidad, pero creo que pocos entienden la importancia que tiene. Si una empresa se acerca la Usach, es porque que ellos confían y les atrae nuestro perfil de egreso. Han tenido buenas experiencias con estudiantes que hicieron la práctica o que trabajan hoy en día, por lo que buscan a un profesional con estas cualidades porque les cautiva lo que hace nuestro Plantel. Siento que eso debiera ser un punto que entregue seguridad a los estudiantes a la hora de postular y creer que si es posible ingresar.
 
¿Cómo ha sido trabajar en una empresa tan importante como L'Oréal, qué has aprendido y que cosas que estudiaste en la Usach hoy te sirven para tu desarrollo profesional?
 
Mi experiencia en L'Oréal ha sido excelente, he crecido muchísimo. El aprendizaje ha sido exponencial, he podido profundizar el área de marketing no solo a través de mis proyectos, sino que también a través de reuniones del día a día con el equipo y mi supervisora directa, Pierina Abella. Esta experiencia ha superado con creces mis expectativas. Esto me servirá para el futuro donde podré aplicar mis conocimientos al área de la innovación, trabajando con equipos multidisciplinarios. La diversidad es el motor principal de la innovación.
 
Respecto a lo aprendido en la Universidad, creo que la Usach me ha acompañado siempre a través de la formación académica y la identidad de sus valores, en las que sobresalen el respeto, el trabajo en equipo, el trabajar duro y el sentirme capaz de hacer cosas, ya que la Usach me entregó la seguridad de realizar un buen trabajo.

Catalina Barraza, química farmacéutica: “El sello de la Universidad de Santiago es la diversidad y el alto nivel de sus profesionales”

Catalina Barraza, química farmacéutica: “El sello de la Universidad de Santiago es la diversidad y el alto nivel de sus profesionales”

A diferencia de otros jóvenes, Catalina Barraza tenía claro su destino desde muy pequeña. Fue una destacada estudiante de la primera generación que egresó de Química y Farmacia, de la Facultad de Química y Biología, obteniendo premios por su rendimiento que la llevaron a ingresar a hacer su práctica a un laboratorio farmacéutico líder del país y luego quedar contratada.
 
Desde enseñanza media le llamaba la atención la bioquímica, pero estimó que la investigación en aquellos años no contaba con el apoyo económico que merecía esta disciplina. Le habían hablado de la Universidad de Santiago y tras rendir su Prueba de Selección Universitaria –no óptima reconoce, porque no estudió tanto debido al cansancio - se dirigió hasta el barrio Estación Central, donde también su hermano cursaba sus primeros años de Ingeniería Civil Mecánica.
 
-“Mi opción era una Universidad privada o la Usach, pero mis papás insistían en el prestigio de la Universidad de Santiago y por ese lado yo me fui. Eso si llegué como un pollito a clases en 2013,  era todo un mundo universitario, gente de todas las Facultades. Solicité un crédito con aval del Estado y actualmente lo estoy pagando. Era dificultoso para mis padres costearnos las carreras”.
 
¿Cómo fueron esos años de Universidad, tomando en cuenta que tu generación sería la primera en titularse de esta carrera?Entiendo que obtuviste algunas distinciones por tu desempeño.
 
-Si, estábamos celebrando el día del químico farmacéutico en 2017. No sé si lo seguirán haciendo. La Universidad nos entregó la chapita de químico farmacéutico. Fui el mejor promedio de notas del ramo de tecnología farmacéutica. En lo profesional,yo me titulé el 2018 pensando en que podía desempeñarme en diversos rubros: farmacia, hospital, laboratorio farmacéutico, laboratorio químico, en una planta de alimentos o en una planta de bebidas. Es decir, tenía un campo muy amplio, donde los sueldos también varían. Hoy en mi trabajo me encargo de liberar los productos al mercado. Somos el último filtro en la industria farmacéutica, antes que el medicamento lo reciba una persona.
 
¿Cuál dirías que es la particularidad de la Universidad de Santiago, que la hace distinta al resto de los planteles de educación superior?
 
-Yo creo que es la diversidad que encuentras entre sus alumnos. Allí puedes contactarte con personas de diversos gustos, de múltiples tendencias, de distintas áreas y pensamientos. Uno conoce distintas realidades. Es culturalmente rica. Es mi Alma Mater.
 
¿Se distingue el egresado Usach del que sale desde otra Universidad?
 
-Yo creo que sí. Hice mi práctica en el laboratorio donde trabajo y después llamaron mucha gente de la Universidad de Santiago. Entonces creo que el perfil del estudiante Usach es llamativo. He visto pasar a varios ex compañeros de distintas generaciones de la Universidad por la empresa.La Universidad de Santiago no está lejos de la enseñanza que te pueda dar la Universidad Católica o la Universidad de Chile, y por el contrario, te entrega muchos más valores. En la Usach tú aprendes a buscar alternativas cuando no cuentas con todos los medios disponibles y eso lo puedes aplicar en tu quehacer laboral. Tenemos capacidad de adaptación e iniciativa propia. Nos enseñan a solucionar los problemas por nosotros mismos. Yo creo que los profesores que tuve fueron sumamente preocupados para alimentarnos como persona, porque además éramos la primera generación. Nos dieron las bases necesarias y nos aportaron con la ética profesional que es muy importante para un químico farmacéutico. Fíjate que en aquellos instantes en que estaba en la Universidad me preguntaba para qué tomar ética, pero ahora que estoy trabajando y libero productos al mercado, entiendo las razones de aquello para ser un mejor profesional.
 
¿Has pensado en continuar especializándote?
 
-Lo he pensado por un tema de crecimiento profesional y porque nunca está de más ya que química y farmacia siempre es una carrera que está en constante cambio. Siempre se descubren nuevas drogas. Trataría de conseguir una beca, porque en este momento es difícil la situación económica.
 
Catalina debe concurrir diariamente a cumplir sus labores. El teletrabajo es imposible de realizar para su tarea tan específica como es el aseguramiento y producción de medicamentos, pero el laboratorio cumple con todas las medidas sanitarias para sus trabajadores. Lamenta que en las calles aún persistan personas que no requieren salir por razones estrictamente necesarias. “En este país hay muchos deben salir a buscar su sustento diario, pero hay otras que están poniendo en riesgo a muchos más solo por estar paseando”, lamenta.

“La Usach es el símbolo inspirador de logros a alcanzar, si te lo propones”

“La Usach es el símbolo inspirador de logros a alcanzar, si te lo propones”

Freddy Faundez es alumno del Magíster en Innovación de la Usach y egresado de Ingeniería de Ejecución  en Mecánica de nuestra  Universidad. Con reconocimientos por su emprendimiento de eficiencia energética, entre las 500 mejores iniciativas medioambientales de los Premios Latinoamérica Verde, el año pasado fue por más y obtuvo el galardón al mejor proyecto energético del continente.
 
Freddy es un usachino de corazón y en esta edición conocemos parte de su historia.
 
¿Cómo nace tu afición por la Ingeniería?`
 
-Yo quería estudiar astrofísica, pero en esa época no se sabía mucho de las proyecciones de la astronomía en Chile y muy pocas universidades la ofrecían. Por ende, opté por una carrera que fuera más del área científica, más de física que era lo que más me gustaba, pero que tuviera una aplicabilidad importante,así que opté por Ingeniería Mecánica.  Estudiaba en el Barros Borgoño y conocíamos mucho a la Universidad de Santiago.
 
¿De tu familia, eres primera generación en ingresar a la educación superior?
 
-Si, la primera. Provengo de una familia de clase media. Somos tres hermanos. Di la Prueba de Aptitud Académica el año 2000 y me incliné por la Usach para seguir mis estudios. Lo que más me hizo fijarme en ella, fue la característica de Campus único; su universalidad del conocimiento que genera un enriquecimiento importante en la formación del estudiante. Tuve una Beca de Excelencia en mi ingreso y gané también la Beca Juan Gómez Millas, que me permitió estudiar prácticamente gratis en la Universidad. Durante el primer año, Ciencias Básicas me encantaba y lo único que quería era avanzar un poco más la carrera para vivir ese cruce de alumnos con otras carreras. Los siguientes años comencé a participar de los cursos extra programáticos que eran espectaculares. Terminé, incluso, formando parte de la selección de atletismo de la Usach.
 
Viviendo en el Hogar de la Universidad
 
Me imagino que pudiste comprobar también la difícil situación por la que atravesaban otros compañeros…
 
-De hecho yo terminé viviendo en el Hogar de la Universidad. Fue toda una experiencia. Pasas a ser parte de las vísceras de la Usach. A Amengual con Alameda me iba caminando. Vivíamos en torno al Plantel. Me relacionaba con las selecciones de la Usach que eran puro corazón, porque no había tantos recursos. De lunes a lunes pasaba la noche en el Hogar y tenía una beca de alimentación. Yo cenaba en la Universidad además durante la semana. Pero, el fin de semana,  el Hogar nos daba el almuerzo. Varios ahí teníamos trabajos part time y con esos dineros cubríamos las cenas de sábado y domingo. Era “la” relación social que teníamos en ese tiempo porque el día lo pasábamos en función de estudiar y hacer deporte. Estuve 3 de los 4 años de la carrera viviendo en el Hogar.
 
Sus trabajos y premios
 
¿A qué te dedicas cuando sales de la Usach?
 
-Egresé el 2005 y ya trabajaba en temas aeroespaciales .Uno de mis profesores trabajaba en la Fach. Terminé haciendo una tesis de fenómenos aeroespaciales en la Academia Politécnica Aeronáutica. Allí Logré mi primer trabajo. Presenté esa tesis en un Congreso en Buenos Aires y fui parte del Centro de Investigación y Desarrollo de Ciencias Aeroespaciales de la Fuerza Aérea, como ingeniero de proyectos. Luego fui profesor de la Escuela de Aviación y de la  Universidad Federico Santa María, en aerodinámica y termodinámica.
 
Paralelamente, Freddy Faundez comenzó a trabajar en aplicaciones de fluido-dinámica orientado al transporte de carga. El 2007 ganó el Concurso de Innovación en la Usach con un estudio sobre potencialidades de una mejora aerodinámica en un camión y sus efectos en el gasto de combustible. Fueron sus primeros atisbos de estudios de aerodinámica aplicados al transporte.
 
El 2012 obtuvo el Premio a la Innovación que otorgó CNN Chile, recibiendo una asesoría en patentamiento de ideas, pero su esfuerzo y entusiasmo lo llevó a crear su propia empresa de asesoría, Venti Spa, y generar el primer estudio I+D en Latinoamérica sobre aerodinámica de camiones, inventando una metodología experimental para hacer ensayos a muy bajo costo.“Fuimos los primeros en usar la impresión 3D para prototipos a escala en Chile”, recuerda.
 
¿Trabajaste también en la Usach?
 
-Si, fui asesor técnico para el Departamento de Ingeniería Física en un proyecto de contaminación, donde hicimos mediciones a través de un dron. El proyecto duró dos años. Abrimos todo un camino. Terminé trabajando en la implementación del Laboratorio de Prototipado 3D del proyecto Ingeniería 2030. Ese año fui finalista del premio AVONNI y  quedé entre los 500 mejores proyectos del Concurso Latinoamérica Verde el 2017, con nuestra iniciativa de eficiencia energética para transporte. Con el anuncio de que la COP25 se haría en Chile, el emprendimiento que llevaba adelante buscaba que el proyecto se transformara en política pública;  una gran reforma liderada por el país para implementarse en varios países. El año pasado fui finalista de los Premios Latinoamérica Verde, lo que implicó disputar el premio en Guayaquil dentro de la Categoría Energía con el proyecto Venti que gané.  Al regreso nos recibió la ministra Schmidt y el Senado.
 
¿A la luz de todos estos logros, que significó la Universidad de Santiago para tu labor de docencia y profesional?
 
-Tengo una foto en la pista del estadio y de fondo el escudo de la Usach. Es icónica, porque justo hace mención a correr tras la búsqueda de nuestros sueños, de nuestras propias metas. Los logros se alcanzan en la medida que uno se esfuerce por ello y ese camino pasa a ser lo que simboliza la Usach. La Universidad recoge a un grupo de estudiantes que muchas veces son los primeros en sus generaciones, ávidos de cambios, de triunfos profesionales y espirituales. La Usach pasa a ser un símbolo de lo noble que puede ser un desafío y orientarse en llegar a cumplir esa meta.
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