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Especialista de YahooLabs propone “búsqueda colaborativa” para mejorar la experiencia en la web

Especialista de YahooLabs propone “búsqueda colaborativa” para mejorar la experiencia en la web

  • El vicepresidente de Investigación de YahooLabs de Barcelona y Chile, Ricardo Baeza-Yates, ofreció una conferencia en la que se refirió a los datos disponibles en la red y cómo optimizar los resultados de una búsqueda.

 

La calidad de los contenidos disponibles en la web se ha transformado en un tema relevante, tanto para los analistas como para los usuarios en general. Pero, debido a su descomunal crecimiento, se hace muy difícil realizar estudios sobre la veracidad de los datos en los más de mil millones de nombres (sitios) que sustentan la red.

Ricardo Baeza-Yates, es ingeniero eléctrico especializado en sistemas digitales y actualmente se desempeña como vicepresidente de Investigación de YahooLabs en Barcelona y Chile, donde ha liderado investigaciones en esta área.

Invitado por nuestra Universidad, en el marco del Plan de Mejoramiento Institucional para fomentar la innovación en software, dictó la charla La Sabiduría de las Multitudes Ad-Hoc en la Web, donde se refirió a que pese a que las construcciones colectivas parecen más sabias que un solo individuo, aún vale hacer un filtro a tal afirmación.

Baeza-Yates explicó la premisa propuesta por James Surowiecki, que dice que bajo las circunstancias correctas, los grupos son más sabios que un experto.

Esta proposición se basa en ejemplos como el de un pueblo donde se pidió a toda la comunidad que calculara el peso de una vaca. El más acertado fue el carnicero, pero el promedio entregado por todos los participantes, fue más preciso que el del carnicero. Este modelo, se puede aplicar a distintas disciplinas, como la economía, pero en el caso de la web, la característica de “circunstancias correctas” es el problema.

Parece una réplica acertada de la ficticia teoría de la Psicohistoria, desarrollada por Isaac Asimov en la saga Fundación, que negaba la posibilidad de predecir la conducta de un individuo, pero sin embargo sí suponía la predicción precisa sobre el comportamiento de las masas; Baeza-Yates acota que en el ámbito del análisis web, la calidad de los datos no es directamente proporcional al éxito de las búsquedas. Lo que indica que aunque la cantidad de páginas web es enorme, las que poseen datos verdaderos y precisos, y que están conectadas, son sólo una cantidad menor de todo ese universo.

El profesor Baeza-Yates reformuló la premisa inicial, indicando que la sabiduría en la web se encuentra en las multitudes especializadas o grupos con intenciones.

Estrategias comerciales

Asimismo, se refirió a la posibilidad del comercio electrónico para ofrecer productos, usando lo que las personas están tratando de hacer en la web, “es mejor usar datos de grupos de personas que están haciendo lo mismo que un individuo, en lugar de usar los datos personales. Usar lo que haces y que otras personas hicieron, se llama búsqueda colaborativa”, sostuvo. Por ejemplo, en vez de ofrecer un producto a partir de la edad, género o domicilio de una persona, la tendencia indica que es más exitoso ofrecer posibilidades sobre lo que está tratando de encontrar, diciendo por ejemplo “quienes buscaron esto, también buscaron eso otro”.

Hizo referencia también al concepto de “cola larga” (longtail), al que se da cuenta en una investigación de varios autores de Yahoo!, llamado Gente Ordinaria con Gustos Extraordinarios, donde se plantea que todas las personas son un poco extravagantes y buscan cosas de alta especificidad, que al final suman un número considerable de productos o resultados. Esta es una tendencia del e-commerce, gracias a las páginas dinámicas que permiten acotar varios detalles de lo que se busca. La imagen aparece como un cometa con la oferta de masas como un gran círculo, mientras que la oferta específica es una cola larga, y su gráfico responde a lo que los ingenieros conocen como ley de potencias.

En referencia a su charla en nuestra Universidad, indicó que “este tema trasciende a la computación. Es más de las ciencias sociales, porque el impacto no se puede predecir por la informática. Cada decisión que tomamos cuando diseñamos un sitio web, a su vez está diseñando un mercado”.

En este marco, el director del Centro de Innovación en Tecnologías de la Información Para Aplicaciones Sociales, Mauricio Marín señaló que el campus único de nuestra Universidad favorece el encuentro de diversidad de perfiles y talentos para este tipo de proyectos. Ese es el caso de Citiaps, donde informáticos, sicólogos, neurocientíficos y otros profesionales trabajan para producir softwares ajustados a la cultura de las personas y con conocimientos generados en nuestra Casa de Estudios.
 

Whatsapp potencia lo mejor y lo peor de la comunicación humana

Whatsapp potencia lo mejor y lo peor de la comunicación humana

  • El especialista en redes sociales del Centro de Innovación en Tecnologías de la Información para Aplicaciones Sociales (Citiaps), Ph.D. Javier Velasco, afirma que el incremento de usuarios activos de esta herramienta tecnológica reviste nuevos peligros, como las conversaciones silenciosas de niños y adolescentes (vamping) o el intercambio de fotografías privadas que llegan a otros usuarios (sexting).
     

El servicio de mensajería móvil, Whatsapp, está dando mucho que hablar en el último tiempo. La semana pasada su fundador, Jan Koum, anunció que esta aplicación llegó a los 600 millones de usuarios activos en todo el mundo y, próximamente, este servicio incorporará un sistema de notificación que permitirá a sus usuarios saber si el mensaje enviado fue leído por el destinatario. Sin embargo, su exitoso posicionamiento no está exento de peligros.

El éxito de este servicio se debería a que es un sistema fácil de usar, flexible y que permite comunicarse a bajo costo. “Este foco en pocas herramientas le da mucho poder. Como resultado, permite administrar las comunicaciones privadas de forma muy eficiente”, indica el Ph.D. Javier Velasco, investigador del Centro de Innovación en Tecnologías de la Información para Aplicaciones Sociales (Citiaps) de la U. de Santiago de Chile.

”Una vez que se logra una determinada masa crítica de usuarios la tecnología se propaga por presión social, es el caso de Chile, donde te quedas fuera de contacto con amigos si no estás en Whatsapp. Por ejemplo, este servicio es muy usado como canal de apoderados en los colegios, por tanto, si no usas Whatsapp te quedas fuera de las noticias y comentarios del curso de tu hijo”, explica el especialista en redes sociales.

Respecto a cómo repercute el uso de esta aplicación en la vida de las personas, el investigador plantea que depende de cada usuario. “Los beneficios, problemas y hábitos, dependen de las personas; de cómo adoptan estas herramientas. Algunas de estas prácticas estarán dadas por preferencias personales, así como otras por factores sociales y culturales. Por ejemplo, diferentes países dan distintos usos a estas mismas herramientas. Si bien Whatsapp en Chile es prácticamente obligatorio, en los Estados Unidos es muy poco común”, comenta.

Por otra parte, plantea que esta herramienta potencia todo lo bueno o malo de la comunicación humana, agregando que “la comunicación mediatizada puede ser muy eficiente, pero siempre deja mucho espacio para malos entendidos, lo que puede llevar a conflictos entre las personas”.

Los nuevos peligros

Uno de los grupos más susceptibles a sufrir problemas por el mal uso de estas nuevas herramientas tecnológicas son los menores de edad. Según explica el experto de Citiaps, los niños y adolescentes “pueden pasar toda la noche conversando silenciosamente en sus camas (vamping) mientras sus padres piensan que están durmiendo. También está el sexting: personas, incluyendo adolescentes y menores, que comparten fotografías y mensajes eróticos con otros y gracias a estas tecnologías se vuelve muy fácil que esta información alcance muchos más destinatarios de los que originalmente se esperaba”.

A lo anterior, se suma el uso que están dando bandas organizadas de ladrones a Whatsapp, herramienta a través de la cual están "marcando" a personas que giran sumas importantes de dinero en un banco, para luego asaltarlas.

En relación a la seguridad de los datos de los usuarios, el especialista de la Universidad de Santiago, plantea que “no debemos olvidar que esta herramienta es ofrecida por empresas privadas que buscan generar rentabilidad con el servicio. Nosotros lo vemos como una forma de comunicación privada, pero la empresa detrás de la herramienta tiene acceso a todas nuestras conversaciones, lista de contactos, frecuencia de comunicaciones, así como el historial de dónde circulamos por la ciudad y el mundo con nuestros teléfonos. Si consideramos que Whatsapp fue adquirida por Facebook, una empresa que se caracteriza por procurar información privada en forma bastante agresiva, podemos imaginar que esto representa una situación muy incierta, además todo se maneja fuera de Chile con legislaciones extranjeras”.

El académico recomienda a los usuarios tener cuidado con las contraseñas y mantener el teléfono bloqueado, porque si bien estas comunicaciones son privadas, en la práctica, siempre serán monitoreadas por las empresas que las administran.
 
Aplicación pagada

Durante mucho tiempo se ha anunciado que Whatsapp cobrará por su uso, ante este panorama el Ph.D. Javier Velasco plantea que, de concretarse este anuncio, es probable que la popularidad de este servicio de mensajería se vea afectada. “Es muy complejo comenzar a cobrar por un servicio que las personas están acostumbradas a tener en forma gratuita. Creo que la mayoría de las personas abandonarían en servicio en busca de alternativas gratuitas, las funcionalidades de esta herramienta no son demasiado especiales, su mayor activo es la base de usuarios, no la tecnología”.

Robot con inteligencia artificial contribuye a la agricultura del país

Robot con inteligencia artificial contribuye a la agricultura del país

  • El Dr. Claudio Urrea, quien se ha especializado en robótica diseñó una máquina inteligente capaz de desplazarse de forma autónoma a través de cultivos con el fin de ejecutar distintas labores de cuidado y prevención. Nuevamente, el investigador de la Facultad de Ingeniería sorprende con un nuevo aporte para el agro. 

 

 





El científico de nuestra Universidad Dr. Claudio Urrea diseñó e implementó controladores para un robot móvil que contribuirá en el área de la agricultura, permitiendo mejorar los cultivos nacionales. La tecnología fue creada el académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica, quien en su investigación pudo diseñar, simular y evaluar los desempeños dinámicos de diversos tipos de controladores.

Gracias a estos controladores el robot móvil puede ser autónomo y, además, en todo momento se conoce su ubicación, es decir, posición y orientación. “Para esto, se establece una relación entre el sistema de referencia local y global del robot móvil. En particular, cada tipo de controlador diseñado, simulado y evaluado en este trabajo ofrece ventajas y desventajas cuando son aplicados en el robot móvil”, explica el investigador.

De esta forma, el robot móvil podrá desempeñarse de manera óptima gracias al diseño de controladores desarrollados especialmente para este tipo de máquinas.

Según explica el Dr. Urrea, durante este proceso, han podido diseñar, simular y evaluar los desempeños dinámicos de diversos tipos de controladores para el robot móvil, permitiendo contrastar dicho desempeño cuando éste es comandado, separadamente,  por cada uno de los controladores. Con ello es posible conocer, por ejemplo, qué tipo de controlador permite que el robot móvil realice un seguimiento de trayectorias lo más fielmente posible a las deseadas, como también, cuál de ellos consume el mínimo de la energía eléctrica posible para accionar los motores que permiten su desplazamiento.

Asimismo, el investigador afirma que el desarrollo de este mecanismo podría permitir que el robot móvil realice labores de cuidado en los cultivos, añadiendo que “un robot móvil dotado de inteligencia artificial, diseñado e implementado en el Laboratorio de Robótica del Departamento de Ingeniería Eléctrica, que pueda desplazarse de manera autónoma a través de las hileras de un campo de cultivo, permitirá, en un futuro cercano, a medida que este tipo de robots se desplace, ir  ejecutando algún tipo de labor como la aplicación selectiva de herbicidas, el control de malezas y plagas, entre otras”.

Impacto en la agricultura del país

Según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) del Ministerio de Agricultura, Chile está en constantes labores para expandir los mercados de exportación. Hoy los principales destinos de las exportaciones silvoagropecuarias y de alimentos chilenos son: Estados Unidos, Unión Europea, China, Japón, México, Corea del Sur, Brasil, Federación Rusa, Indonesia, Centroamérica e India.

De esta forma, el impacto de la investigación del Dr. Claudio Urrea permitiría mejorar la producción anual de los campos de cultivo nacionales. “A futuro, el impacto de estos trabajos de investigación beneficiará principalmente el mantenimiento de cultivos durante todo el año, inclusive durante la temporada de cosecha, ya que es esta actividad la que demanda mayor cantidad de recursos de tiempo, humanos y económicos. Los efectos del mantenimiento realizado a los campos se reflejan directamente en la producción anual”, explica.

Proyecciones de la investigación

El Dr. Urrea comenta que este robot móvil está siendo modificado para dotarlo de más sensores que le permitan ejecutar tareas más complejas. “De acuerdo a los resultados obtenidos en este trabajo, ahora se comienza una etapa centrada en la implementación práctica del controlador que mejor resultado de desempeño dinámico entregó. Esto, considerando el seguimiento de trayectorias y, a su vez, que dicho robot se comporte adecuadamente frente a diferentes condiciones de funcionamiento demostrando capacidad de adaptación frente a cambios y condiciones externas”.

El consolidado de esta investigación fue publicada por el Dr. Claudio Urrea en la revista Journal of Intelligent & Robotic Systems de la editorial Springer bajo el título “Path Tracking of Mobile Robot in Crops”. Adicionalmente, para esta tecnología existen solicitudes en trámites-proceso apoyado por la Dirección de Gestión Tecnológica (DGT) de la Universidad.
 

Inédito modelo de seguridad cibernética busca combatir nuevos softwares maliciosos

Inédito modelo de seguridad cibernética busca combatir nuevos softwares maliciosos

  • Investigación del magíster de la universidad, Juan Mejía Calle, apunta a que empresas identifiquen automáticamente las características de archivos que por su sofisticación no son reconocidos mediante antivirus comunes. Así se podrá gestionar paso a paso el problema para tomar acciones correctivas y enfrentarlos mejor en el futuro.

 





Un funcionario abre un archivo desde el computador de su trabajo y, sin querer, termina afectando todas las bases de datos de su empresa. ¿Cómo determinar que este archivo es, efectivamente, malicioso? Aunque algunos de estos softwares se pueden establecer solo en base al antivirus, los códigos maliciosos evolucionan continuamente hasta hacerse irreconocibles, lo que dificulta su prevención.

Por eso, un modelo que permite reconocer automáticamente las características de un software malicioso o malware para luego seguir acciones paso a paso con el fin de combatirlo, tomando acciones correctivas, es el resultado de la investigación del magíster en seguridad, peritaje y auditoría en procesos informáticos de la Universidad de Santiago, Juan Fernando Mejía.

El trabajo, titulado ‘Modelo de proceso para análisis, caracterización y clasificación de archivos ejecutables potencialmente maliciosos en un entorno organizacional con sistema operativo Windows’, busca aportar tanto a las empresas que son víctimas de estos ataques como a las entidades encargadas del peritaje cibernético.

La investigación propone un proceso para capturar la evidencia de malware, el cual se basa en la extracción de las características de todo tipo de programa, entregando “un listado donde se puede saber si el archivo se conectó a un sitio en otro lado, si envió archivos, si ejecutó otros programas, si se hizo autoejecutable, si se encriptó, etcétera”, explica Mejía. Posterior a esto, los archivos analizados pueden ser clasificados como limpios o maliciosos y en qué porcentaje.

“De acuerdo a lo que se ha estudiado, no existe un modelo estándar para estos fines. Cada autor propone un patrón de acuerdo a su experiencia”, asegura el investigador responsable del estudio. Para realizar este trabajo, Mejía revisó bibliografía sobre malware y extrajo las características que consideró más pertinentes para definirlo.

De acuerdo al experto, el modelo presentado arrojó un 92% de efectividad según validación cruzada –método para evaluar los resultados de un análisis estadístico a fin de especificar cuán precisos son en la práctica-.

“Además, lo llevamos a la práctica una vez realizado, ya que tuvimos una incidencia de una empresa que fue atacada con un ransomware -programa malintencionado que encripta o restringe el acceso a los archivos que infecta, para luego pedir un rescate a cambio de quitar la restricción-. Fuimos con todo y la situación nos permitió seguir el proceso, aplicando el modelo de manera exitosa”, complementa.

Mejía advierte que los ataques cibernéticos en Chile son cada vez más sofisticados. “Los ataques de malware nuevos, de ‘día cero’, pueden infectar porque todavía no han sido reconocidos. Un ataque de este tipo no se puede prevenir, pero sí analizar para tomar correctivos a futuro”, indica.

“Si un juez solicita un peritaje sobre ese malware –añade Mejía-, es necesario seguir un plan de acción. Este modelo también está pensado para esa aplicación: que el analista o el perito pueda seguir una serie de pasos para tener un marco de referencia”.

El profesor guía de la investigación, Juan Ignacio Iturbe, no descartó que el estudio posibilite la creación de un manual y cursos de capacitación para poder entender y aplicar correctamente este modelo.

De Ecuador a Chile

Juan Fernando Mejía Calle es un experto ecuatoriano becado por el Gobierno de su país para cursar el Magíster en Seguridad, Peritaje y Auditoría en Procesos Informáticos que imparte el Departamento de Ingeniería Informática.

El investigador se graduó la semana pasada y valora la experiencia de realizar este estudio en la Universidad de Santiago. “Fue una experiencia muy interesante”, señala el extranjero, que este sábado vuelve a su país con un miembro más en su familia: un hijo chileno, nacido hace tan solo cinco meses.

Investigadora de nuestra Universidad presenta innovadora tecnología en Expo-Milán 2015

Investigadora de nuestra Universidad presenta innovadora tecnología en Expo-Milán 2015

  • La académica de la Facultad Tecnológica, Dra. Laura Almendares Calderón, presentó en la Expo-Milán 2015 (Italia), su investigación referida al ‘Desarrollo de una tecnología para reemplazar la piel de la tuna por un recubrimiento que permita mantener las funciones fisiológicas, microbiológicas y organolépticas del fruto fresco’. La Dra. expuso en la semana dedicada a las mejores prácticas de desarrollo sostenible para la seguridad alimentaria.


 



La Dra. Laura Almendares Calderón, académica de la Facultad Tecnológica de nuestra Universidad, realizó una visita técnica a la Expo-Milán 2015 (Italia), con el propósito de interiorizarse de la situación de la alimentación en el mundo, donde pudo  observar una gran gama de materias primas, productos elaborados, maquinarias e insumos exhibidos por más de un centenar de países con la presencia de  gobernantes de todo el mundo, entre ellos, la Presidenta Michelle Bachelet, quien inauguró el Pabellón de Chile.

La Doctora Almendares, directora del proyecto FIA-USACH, PYT-2012-0033 ‘Desarrollo de una tecnología para reemplazar la piel del fruto de la tuna por un recubrimiento que permita mantener las funciones fisiológicas, microbiológicas y organolépticas del fruto fresco’, presentó  su investigación en la ‘Semana de las mejores prácticas de desarrollo sostenible en la seguridad alimentaria’ (Semana BSDP).

La actividad comenzó con una exposición fotográfica, de carteles, folletos y materiales de información relacionados con esta temática, en que fue posible mostrar los resultados de este proyecto innovador chileno a interesados de diversos países.

Esa acción se cumplió en el ‘Centro Urbano-Galleria Vittorio Emanuele’, en el centro de la ciudad de Milán, entre el 10 y 13 de junio.

La participación chilena se verificó en el concurso ‘Alimentar Conocimiento’, programa concebido para contribuir al legado permanente de la Expo-Milán 2015.

Tras ese objetivo se elaborará un documento que sugerirá políticas que proporcionen recomendaciones clave, para la creación de un sistema eficaz de uso de los conocimientos en el ámbito de la seguridad alimentaria en la Región Mediterránea. La versión final estará disponible en septiembre del presente año.

Selección

Las propuestas presentadas por los candidatos elegibles, fueron previamente sometidas a un estricto control de admisión por un Comité de Selección Internacional como responsable de la evaluación final, a partir de nueve criterios preestablecidos.

Las propuestas que no cumplían con uno o más de los criterios de admisión no fueron consideradas relevantes como ‘Buenas Prácticas sobre la Seguridad Alimentaria’.

Aquellas que fueron evaluadas positivamente para la admisión, se convirtieron oficialmente en ‘iniciativas participantes’, como fue el caso de la presentada por la Dra. Almendares.

El trabajo postulado fue encasillado dentro de la prioridad número 5 establecida, denominada ‘La  dieta, el medio ambiente, la sociedad, la economía y la salud’.

Esa clasificación agrupa a los proyectos cuyos objetivos se centran en las actividades de investigación que evalúan los impactos ambientales, económicos, sociales, culturales, de salud y sustentabilidad nutricional de las dietas actuales.

La investigación fue la única de Chile y se le asignó la ubicación ‘9712. Development of methodology to replace prickly pear skin for enriched eatable peel. Chile. 25’.

Tecnología de la información y comunicación (TIC) es crucial para médicos y personal de la salud

Tecnología de la información y comunicación (TIC) es crucial para médicos y personal de la salud

  • La investigadora del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad, Dra. Astrid Oddershede, indagó en hospitales públicos y privados cómo funcionaban estas tecnologías, y cuál era la importancia y valoraciones que le daban los diferentes actores. “Descubrimos que el uso de TICs era crucial para el servicio clínico; es decir, para médicos y enfermeras, ya que ellos percibían en su mayoría que una información rápida y eficiente los ayuda a desempeñar mejor su servicio”, precisa la académica.

 



Utilizando el método de análisis multicriterio, la académica del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad, Dra. Astrid Oddershede, estudió cómo las tecnologías de la información y comunicación (TIC) eran percibidas y necesitadas por los usuarios del sistema de salud chileno.

Las tecnologías de la información y la comunicación se han vuelto, en los últimos años, una necesidad casi insoslayable para las personas. La mayoría de los servicios las han adoptado e incorporado a su funcionamiento, entre ellos el sistema de salud; el cual pasó de los formularios en papel a un mecanismo digital interconectado que permite capturar datos. Sin embargo, poco se sabe si este paso ha significado una mejora en la atención de los usuarios, proceso en el que indagó la académica del Departamento de Ingeniería Industrial, Astrid Oddershede.

Investigando los factores que influyen en la calidad del servicio de salud chileno, la experta en análisis multicriterio identificó que las tecnologías de la información se consideraban un factor importante en la calidad del servicio, sin embargo, había poca literatura sobre la percepción y necesidades de las personas que interactuaban con ellas; información importante para los administradores de estos centros a la hora de distribuir mejor el presupuesto que se les asigna, pues con estos antecedentes pueden optimizar su uso.

Apoyada por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica de la U. de Santiago de Chile (Dicyt), la académica indagó, en hospitales públicos y privados, cómo funcionaban estas tecnologías, cuál era la importancia y valoraciones que le daban los diferentes actores,  resultados que fueron dados a conocer en la revista International Journal of Computers Communications & Control bajo el nombre de "Modelo de decisión para evaluar las implicaciones de las TIC en el Sistema de Salud: Percepción del usuario".

“Detectamos cuatro tipos de usuarios: servicio clínico, paciente, staff administrativo e investigadores. En base a diferentes técnicas, descubrimos que el uso de TICs era crucial para el servicio clínico, es decir, para médicos y enfermeras, ya que ellos percibían en su mayoría que una información rápida y eficiente los ayudaba a desempeñar mejor su servicio”, relata la académica.

Uno de los atributos que se consideró vital, según estos usuarios, fue contar con disponibilidad permanente y la construcción y uso de base de datos, la aplicación más importante para atender de manera eficiente a los pacientes. Sin embargo, en la práctica se pudo advertir que el uso de internet y la aplicación de email era la herramienta que más utilizaban los usuarios del sistema, lo que  muestra  la brecha entre las aspiraciones del usuario y lo que realmente se realiza.

“Que tuviera poco retardo, mayor acceso, más confiabilidad, eficiencia, eran las características más solicitadas. Luego de eso era necesario descubrir cuál de estas características era más indispensable para desarrollar cada labor. Esto nos ayudó a generar  prioridades, para poder determinar cómo evaluar la calidad de la red de comunicaciones que en ese momento tenían”, destaca la investigadora.

“Muchas veces se toman decisiones presupuestarias en este tipo de establecimiento sin información sobre las necesidades reales de cada uno de los usuarios. Por eso este tipo de estudios son esenciales, ya que posibilitan una mejor distribución de recursos y optimizar la toma de decisiones en futuros presupuestos”, señala la Dra. Oddershede.

Investigación multicriterio como mecanismo de consenso  

Cuando son muchos los actores en una misma problemática, surge el dilema en el diseño de la solución, pues la idea es que no perjudique a nadie. Para lograrlo de manera efectiva, lo ideal sería tener un mapa de la situación, algo muy similar a lo que busca el análisis multicriterio. Desde un modelo científico se busca determinar la percepción de la mayoría de los involucrados, contrastando estas con la realidad. Este análisis comprende una serie de metodologías que se caracterizan principalmente por su capacidad de manejar problemas de toma de decisiones donde existen múltiples objetivos, criterios, participantes y alternativas.

Para la Dra. Oddershede, la mayor riqueza de la aplicación de esta metodología es lo que se logra con las personas. “Muchas veces para tomar decisiones, los actores con sus propios conocimientos, experiencia y aspiraciones entran en conflicto. Esta metodología permite comparar entre pares las situaciones y que estos entiendan la problemática del otro para, en conjunto, alcanzar las soluciones”, comenta.

Prueba del éxito de la aplicación de esta metodología fue el premio que logró la académica junto con estudiantes de magíster el año 2013. Reconocimiento entregado a la mejor publicación en el Simposio Internacional sobre el Proceso Analítico Jerárquico (ISAHP), realizado en Malasia, por un análisis multicriterio realizado a una empresa que automatizaría algunas de sus operaciones.

“Cuando en una entidad se va a tomar este tipo de decisiones, es normal que surjan problemas y reticencias de algunos, además que son muchos los actores que deben interactuar. Plantear como respuesta el análisis multicriterio es una manera más consensual de observar el problema, sin priorizar un área por sobre la otra”, destaca Oddershede.

Estudio recoge información asociada al impacto de las tecnologías electromagnéticas en la salud

Estudio recoge información asociada al impacto de las tecnologías electromagnéticas en la salud

  • Un equipo de la Facultad Tecnológica, liderado por el Dr. Arturo Rodríguez, realizó un estudio sobre la percepción de los chilenos con respecto al uso de las tecnologías electromagnéticas y su efecto en la salud. De acuerdo al sondeo -aplicado a 1.100  personas de la Región Metropolitana- si bien un 87,4 por ciento percibe el uso de estas herramientas como algo dañino para la salud, un 92 por ciento  no está dispuesto a dejar de usarlas.

 


A pesar de que las tecnologías electromagnéticas (teléfonos móviles, dispositivos Wifi, antenas de celular) están inmersas prácticamente en todos los ámbitos de la vida, existe desconocimiento por parte de los usuarios respecto de la radiación electromagnética que emiten estos artefactos, los riesgos que conlleva su manipulación, aspectos que han sido sindicados como posibles responsables de ciertos problemas de salud. 

Un equipo multidisciplinario, perteneciente al Grupo de Investigación en Nuevas Tecnologías (GINT-USACH), liderado por el académico de la Facultad Tecnológica, Dr. Arturo Rodríguez, realizó un estudio que recoge la opinión de los chilenos sobre las tecnologías y sus efectos en la salud. La investigación se realizó en base a encuestas presenciales aplicadas a cerca de 1.100 personas de distintas comunas de la Región Metropolitana.

El sondeo, desarrollado en el marco de un proyecto Dicyt de Opinión Pública, demostró que los chilenos tienen un alto grado de dependencia a las tecnologías electromagnéticas, aunque tienen conciencia de lo perjudiciales que pueden ser para la salud.

Según los realizadores del estudio, las conclusiones reflejan una sociedad que subordina la salud frente a sus necesidades de comunicación e interconexión; por ejemplo, un 87,4 por ciento de los encuestados percibe el uso de las tecnologías electromagnéticas como algo dañino para la salud, no obstante, un 62,9 por ciento considera que es importante tener acceso a éstas, y las utilizan también en el ámbito laboral.

De acuerdo a los investigadores, estos resultados pueden asimilarse a otras prácticas observables en muchos escenarios de la vida cotidiana, como por ejemplo, el caso del alcohol y los cigarrillos, cuyo consumo está asociado a diferentes enfermedades, sin embargo, las personas no dejan de consumirlos.

La encuesta arrojó otros datos ilustrativos de la dependencia tecnológica. Casi un 90 por ciento de los encuestados señaló que usan las tecnologías electromagnéticas como acompañamiento, mientras que un 92 por ciento de la muestra indicó no estar dispuesto a dejar de usarlas, a pesar de las posibles consecuencias que pueda acarrear.

Respecto de la utilidad que prestan las tecnologías electromagnéticas (TEM), un 39,4 por ciento dice no estar totalmente convencido de su uso para realizar transacciones comerciales; además, no las ven como un instrumento útil en caso de emergencias.

De acuerdo al director del proyecto, el Dr. Arturo Rodríguez, “este fenómeno se produce por la alta introducción de la tecnología en la vida cotidiana, y la ausencia de educación no solo sobre la utilidad del artefacto tecnológico sino también sobre la necesidad de su usabilidad. Una tecnología orientada exclusivamente hacia la satisfacción de las necesidades, solo nos lleva a una sociedad intolerante a la frustración y, sin duda,  una sociedad cada vez más conflictiva”, finaliza.

Notables avances en proyectos de alimentación saludable y equitativa

Notables avances en proyectos de alimentación saludable y equitativa

Importantes avances muestran los proyectos impulsados por el Departamento de Gestión Agraria de la Facultad Tecnológica y el Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Cecta), que fueron adjudicados a fines de 2015, y que tienen como propósito alimentar a la población en forma saludable y equitativa.

El primero de ellos, “Biopesticidas en base a saponinas de quinoa”, proyecto FIC (Fondo para la Innovación de la Competitividad) 30343624-0 por tres años, se desarrolla en la región de O’Higgins cuyo objetivo es aprovechar los residuos del grano del pseudocereal para luego, a través de un proceso, generar un pesticida natural que ayude al cultivo de las vides.

Para ello, la Universidad se asoció con la empresa procesadora de quínoa Promauka, que ha facilitado los residuos de la planta, los que normalmente son desechados.

El académico del Departamento de Gestión Agraria, Luis Sáez Tonacca, y director de la iniciativa, explica que actualmente se logró aislar la saponina, que es una sustancia amarga muy similar al jabón o los detergentes, y ya se comenzó el período de pruebas.

“Dentro de la etapa de hacer el prototipo, estamos probando, sacando los extractos. El extracto vamos a probarlo in vitro con un modelo de nematodos (parásitos de plantas), y después en terreno con un modelo de viña, que es un rubro relevante en la región de O’Higgins, que además tiene serios problemas de nematodos”, precisa.

Asimismo, sostiene que “estamos seguros que el biopesticida va a matar los nematodos, no obstante, es totalmente agroecológico, no tiene uso de químicos, por tanto, es amigable con el medioambiente. Ahora estamos indagando cuáles son las dosis que vamos a tener que aplicar para que tenga efecto en las plantas”.

El profesor Sáez aclara que la iniciativa es inédita y solo había precedentes de investigaciones similares con el quillay.

“Solo hay un producto similar a partir de la corteza del quillay, pero a diferencia de este árbol, que está en peligro de desaparecer, la quínoa tiene mayor disponibilidad. En nuestra investigación encontramos cultivos de quínoa en la región de O’Higgins a nivel del mar, como Pichilemu y Paredones, incluso hemos encontrado cultivos en la Araucanía y Chiloé”, subraya.

Según el investigador, los primeros beneficiarios van a ser los cerca de 60 pequeños agricultores productores de quínoa de la zona, que tendrán la posibilidad de recibir un mejor precio por su producto.

“Después, los pequeños o medianos productores de viñas o de vides, que son entre 30 y 50, van a ser beneficiarios del producto final, que les va a ayudar a reducir uno de los grandes problemas que tienen actualmente que es el ataque de nematodos, que les hace caer fuertemente la producción”, asegura.

Ensalada con hojas de quínoa

El segundo proyecto, “Valorización agroindustrial de subproductos de la quínoa” (FIC 30429825-0, por tres años), también desarrollado en la región de O’Higgins, intenta fomentar el cultivo del pseudocereal, dándole nuevos usos, además del grano, al usar, por ejemplo, la hoja de la planta para ensaladas.

“Las investigaciones están centradas sobre la producción de grano de quínoa, entonces nos preguntamos qué pasa con el resto de la planta, si es posible consumir la hoja como una hortaliza. Y nos dimos cuenta que tiene un sabor agradable, parecido a la rúcula y el berro, pero a diferencia de la semilla no hay que procesarla. De hecho, la hoja basta con lavarla”, indica el profesor Sáez.

De la misma manera, el investigador puntualiza que de acuerdo con estudios preliminares propios, la ensalada de quínoa es “muy atractiva”, y la gente está dispuesta a consumirla. “Además, según el análisis nutricional tiene del orden del 25 a 26 por ciento de proteínas, porcentaje superior a las que tiene el mismo grano”, recalca.

Actualmente la investigación se centra en qué época del año o cuál es el momento adecuado para cosechar la hoja y en qué zona del país se puede cultivar. “Hemos investigado que se puede cosechar la hoja en las primeras fases del desarrollo de la planta, pero tenemos que determinar cuándo dejar de cosechar la hoja y seguir con el grano”, precisa.

En nuestro territorio,  la quínoa se siembra a principios de la primavera entre septiembre y octubre, y crece solo con el agua de las lluvias, sin necesidad de riego. El grano cosecha entre febrero y marzo, pero luego hay un periodo de seis meses sin cultivos.

“Entonces esperamos que los agricultores pudieran hacer un segundo cultivo, en ese mismo suelo. Con ello se valoriza más el suelo, la finca o predio, y al mismo tiempo la planta”, comenta el profesor Sáez.

Posteriormente, los investigadores indagarán la factibilidad de que el tallo, el rastrojo, y las raíces de la planta también sean comestibles. A su vez, ya realizaron pruebas con la harina de la hoja de quínoa.

“Procesamos las hojas y la harina que resultó, que mantuvo altas cantidades de proteínas, la incorporamos con harina de avena en galletas, y funcionó bastante bien. Por tanto, estamos evaluando la harina de hoja tanto para consumo humano como animal, y todos los usos gastronómicos que puedan tener la harina y la hoja fresca”, recalca.

En ese contexto, el profesor Sáez enfatiza que “entonces la planta ahora tendrá un doble propósito, la hoja y el grano, por tanto los productores de quínoa tendrán más fuentes de ingresos”.

Capacitación a pequeños agricultores

El tercer proyecto, “Habilitación de productores hortícolas de la región Metropolitana para la elaboración de productos IV gama” (GORE BIP 30442786-0, por 18 meses), es la continuidad de un proyecto desarrollado por investigadores del Cecta (“Diseño de un sistema de desinfección y envasado que permita aumentar la vida útil de hortalizas procesadas en la Región Metropolitana”, de 2011), que probó distintos protocolos para reducir la carga microbiana de hortalizas, como las lechugas, el repollo y las zanahorias.

En línea con las anteriores investigaciones, el proyecto pretende que los pequeños productores agrícolas de la zona central, en este caso de comunas como Colina, Lampa, Til Til, Talagante, El Monte, Melipilla y Buin, puedan ofrecer al mercado hortalizas saludables.

Cabe señalar que los productos de IV gama son hortalizas frescas mínimamente procesadas listas para consumir, que habitualmente se pueden encontrar en bolsas plásticas en las ferias libres.

El profesor del Departamento de Gestión Agraria, y gestor de innovación de las iniciativas, Carlos Díaz Ramírez, explica que el propósito es capacitar a los pequeños agricultores traspasándoles la preocupación por la inocuidad durante toda la cadena de producción y distribución de las hortalizas, hasta llegar al consumidor.

“Queremos enseñarles que lo que están haciendo es innovación y cómo la pueden seguir realizando, además de cómo realizar la comercialización de sus productos, a través de una metodología de mercados simulados”, expresa.

Junto con ello, comenta que esperan generar grupos de agricultores dentro de la región, y que puedan conectarse. “Que sientan que no están aislados, que hay otros agricultores con problemas similares. Posteriormente queremos incorporar a profesionales y asesores técnicos, para que trabajen con ellos y le den sustentabilidad a estas redes, una vez finalice el proyecto”, puntualiza.

Cabe destacar la participación en los proyectos de los académicos del Cecta, profesores Lina Yáñez Catalán, Dr. Claudio Martínez Fernández, y Dr. José Luis Palacios Pino.

Otros proyectos

Del mismo modo, el equipo que dirige el profesor Luis Sáez mantiene una amplia cartera de proyectos que aprovechen al máximo las cualidades de la quínoa, entre ellos, la elaboración de un “snack” con la harina del grano del pseudocereal, que entre sus cualidades no contiene gluten.

“En el proceso de extrusión se comprime la harina con o sin calor, lo que produce cambios funcionales. Se puede combinar con distintos tipos de harinas e ingredientes, y presentar de diversas formas, salada, dulce, hojuelas, o barras de cereal, y eso es lo que vamos a probar y a evaluar la aceptabilidad de los consumidores”, señala el profesor Carlos Díaz.

El proyecto ya fue aprobado por el Fondo para la Innovación de la Competitividad, y tendrá una duración de 18 meses. Igualmente, trabajan para definir los “desiertos agroalimentarios” en las regiones Metropolitana y de O’Higgins. “Son espacios en las ciudades o en las localidades rurales, donde la población, por distintos motivos, no tiene acceso fácil a la alimentación”, indica el profesor Sáez.

En concreto, todas las iniciativas se sostienen en una visión de agricultura sustentable.

“Los proyectos están conectados en cómo generamos circuitos comerciales alternativos, y que a su vez sean más sustentables, que generen menos residuos, que sean más equitativos, y que generen productos saludables que estén pensados en la población, más que en la generación o maximización de rentabilidad”, comenta el profesor Carlos Díaz.

Mientras que el profesor Sáez recalca que el propósito de los proyectos “es alimentar a la población en forma saludable y equitativa, todos tienen que tributar a esa línea de investigación. Nuestra preocupación se centra, más que en el rendimiento de la producción, en tratar de mejorar la distribución de los alimentos”, concluye.

Estudio perfila a la élite chilena de la segunda mitad del siglo XIX

Estudio perfila a la élite chilena de la segunda mitad del siglo XIX

La élite es considerada uno de los grandes actores de la construcción política y económica de nuestro país, no obstante, su accionar y autonomía están lejos de ser entendidos, por lo que el académico de la Facultad de Humanidades, Dr. Alfonso Dingemans, espera ahondar en sus acciones, objetivos y efectos en aquellos años a través de un proyecto financiado por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt).

El estudio se contextualiza cuarenta años después de la independencia de Chile, en el marco de una política interna donde los actores de este proceso buscaron construir los cimientos del país y al mismo tiempo querían abrir su economía al mundo. De esta forma, el académico profundizará en la influencia que tuvieron los participantes sectoriales en este proceso.

“Cuando se analiza el siglo XIX, uno se topa con muchos titulares que explican todo el desarrollo que hemos tenido, entonces se le atribuyen muchas cosas a la élite y la verdad es que esta es más bien una caja negra. Se ve en términos muy simplistas, como si fuera un actor único que se le puede atribuir todo. Por ello, la idea parte un poco de querer abrir esa caja negra del comportamiento de la élite”, explica.

En el proyecto, se investigará en qué medida un proceso de adecuaciones, en el contexto político y económico de aquella época, propició que las instituciones formadas por la élite tomaran vida propia. “Quiero ver de qué manera y  en qué medida participantes sectoriales han tratado y han logrado influir en este proceso de adecuaciones de esta estrategia de inserción económica internacional en ese período en Chile”, afirma.

Resultados esperados

El proyecto Dicyt 2016 (N° 031652DC) titulado “Identificación de los participantes en las adecuaciones de la estrategia de inserción económica internacional en Chile, 1850-1885”, se prolongará por dos años, donde el académico espera comprobar su hipótesis.

Muchas de las decisiones que se tomaron en aquella época fueron producto de negociaciones políticas más que de la adhesión a un conjunto de ideas prefijadas por una corriente ideológica, explica el académico.

Por último, el cierre de la investigación espera afirmar que la idea del siglo XIX como una etapa de orden seguido por una etapa de progreso, es menos precisa que la de procesos interrelacionados. “Nuevamente esas adecuaciones hacen el nexo entre las dos cosas, es decir, que el orden fue pensado para la inserción económica internacional”, afirma el Dr. Dingemans.

Uso de celulares no es riesgo para las capacidades cognitivas de los niños

Uso de celulares no es riesgo para las capacidades cognitivas de los niños

La Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen) 2015 arrojó que el 71% de los niños menores de doce años tiene un celular funcionando y en uso. Voces especializadas recomiendan, en general, que el uso de estos aparatos móviles sea posterior a los catorce años.

El experto en informática educativa de nuestra Universidad, Víctor Barragán, afirma que estos resultados, lejos de representar una estadística peligrosa, constituyen una inmejorable  oportunidad para impulsar las tecnologías en las salas de clases. “El uso del móvil como herramienta didáctica, mediada por el docente y las familias, siempre será una oportunidad”, sostiene.

“Por sí sola, la tecnología no produce daño, eso depende del entorno en el que vive el niño”, complementa el coordinador del área de Innovación del Centro de Investigación e Innovación en Educación y TIC (CIIET) del plantel estatal.

Para el experto, esta cifra es una oportunidad porque “el acceso a la información por parte de los estudiantes en las escuelas siempre ha sido algo difícil, dado que las escuelas no cuentan con la suficiente cobertura y tecnología para mantenerse al día respecto de lo que el niño necesita”.

“Actualmente, hay una subutilización de la tecnología al desvincularla de las metodologías y aprendizajes. Se piensa que la tecnología por sí misma debería ser capaz de resolver ciertas cosas y no que va de la mano de una estrategia de uso adecuada”, explica el profesor del Departamento de Educación.

En ese sentido, afirma que “a través de un smartphone, pueden fomentarse perfectamente el desarrollo cognitivo de las personas, a través de la gestión de la información o del tiempo, u ocupar la realidad aumentada para solucionar problemas matemáticos o de geometría”, agrega.

Barragán afirma que para fomentar la responsabilidad de los padres en el uso de dispositivos móviles por parte de sus hijos, las escuelas pueden “aportar en formar a los padres en el uso de estas nuevas herramientas”.

Para ello, considera esencial una formación docente con foco en esta materia. “Los docentes deben ver en las nuevas tecnologías que van de la mano de estos móviles, la posibilidad de que en la clase se ejercite y mediante el celular o computador en la casa puedan ver videos ilustrativos de lo que se hizo, para volver preparado”.

Para ello, sostiene que es importante “que los estudiantes de cuarto año de pedagogía ya estén trabajando permanente mente con tecnologías, viviendo la experiencia como estudiantes y como docentes, para luego aplicarlas con sus futuros alumnos”.

En síntesis, para Barragán el uso de móviles “es una oportunidad valiosa de llevar la clase a cualquier lugar y tenerla en cualquier momento”, sostiene.

“Uno de los principales desafíos es que la escuela se adapte a estos nuevos cambios, y que vea a la tecnología o la educación móvil como una oportunidad de acercar a los niños a los procesos pedagógicos que se están llevando en la escuela”, concluye.

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