Chile se mantuvo en el puesto 33 en el Índice de Competitividad Global 2017-2018, que elabora el Foro Económico Mundial y la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez. De esta manera, nuestro país continúa a la cabeza de Latinoamérica. Sin embargo, el ranking también evidenció un deterioro en el pilar Macroeconomía, que por vez primera pasó de ser una fortaleza a una debilidad relativa, al retroceder cuatro posiciones para quedar, de manera inédita, por debajo de la posición general del país. Es decir, en el puesto 36.
Al respecto, el economista y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Víctor Salas, destaca la posición de Chile en cuanto al desarrollo del mercado financiero (23), pero enfatiza que nuestro país no se encuentra en una buena ubicación en lo que se refiere a la sofisticación de negocios, donde se ubicó en el puesto 50, una de las tres peores ubicaciones en relación a los pilares de la economía que se midieron en este estudio.
“Eso significa que no es fácil hacer negocios en nuestro país. Seguramente, mucho de eso tiene que ver con corrupción, colusión, desacuerdos, manipulación de los mercados, y esa es la situación que nos hace estar en tan bajo nivel”, explica.
Macroeconomía
Respecto al deterioro del Pilar Macroeconomía, Salas explica que el factor más importante que repercutió en esta baja es el retroceso en el balance presupuestario fiscal, donde Chile bajó 20 posiciones para quedar en el lugar 69, pasando de ser acreedor a deudor a nivel mundial, sostiene.
Para el economista, lo último estaría ligado al déficit proyectado para este año, de 3,1%. “No se visualiza que vayamos a resolver muy fuertemente este déficit fiscal del presupuesto”, indica.
A este cuadro, se suman las bajas tasas de crecimiento que ha presentado la economía nacional en el último tiempo. “Esa es una mala noticia para nosotros, desde el punto de vista de que no hemos logrado armar una política económica que nos permita mantener incentivos para el crecimiento”, indica.
“El crecimiento va demasiado desacelerado. Entonces, tampoco va a alivianarse el problema de la deuda. Va a subir, y eso es lo que se pondera. Por eso, bajan el entorno macro, aunque reconocen que tenemos controlada la inflación”, agrega.
Con todo, concluye que este escenario podría comenzar a revertirse el próximo año, en la medida que el Producto Interno Bruto aumente, dadas las mejores perspectivas económicas, que hablan de un crecimiento en el entorno del 3%.