A los 5 años de edad nació el interés de Susana Morales Díaz en construir maquetas, realizar arreglos constructivos en su dormitorio, y más tarde trabajos voluntarios para el colegio en el ámbito de construcción.
Al postular a la Universidad no dudó en la carrera que quería, apostando por Ingeniería Civil en Obras Civiles, que hoy la posicionan como una de las pocas ingenieras sub 40 en un cargo gerencial.
Con 15 años de experiencia en el área de construcciones, y 11 desempeñándose en el área de proyectos de Colbún, la egresada de nuestro plantel se desempeña desde hace tres años como subgerente de proyectos complementarios y Construcciones, a cargo de 13 personas.
Sobre su paso por la U. de Santiago, asegura que le dio herramientas claves para desempeñarse laboralmente.
“Mi formación inicial fue muy importante, me motivó a despertar la creatividad de resolver problemas. Además, el que estén todas las carreras en un mismo campus es muy valioso, te enriquece, no te encierra en el mundo de la ingeniería y te permite ver lo que es la universidad, un universo y diversidad de ideas; conocimientos, formas de ver el mundo; a nadie se le discriminaba, todos éramos iguales frente al pizarrón, que enseña a valorar los esfuerzos de todos”, puntualiza.
La egresada, que además es integrante activa del Comité de Empresas de la Universidad, apuesta a fomentar la inserción femenina en la industria y renovar la visión de la ingeniería en Chile.
“Las mujeres solemos tener una opinión muy integrada, somos capaces de ver un problema desde todas las aristas, de interrelacionarlos y a la vez buscar mejores soluciones, de manera empática y sociabilizada, que es lo que hoy se necesita para resolver los proyectos…Las ingenieras deben confiar en sus conocimientos, atreverse a responder y tomar desafíos”, sugiere a sus pares.
Trayectoria y equidad
Tras realizar su práctica profesional, la entonces estudiante fue contratada por Cypco, donde se desempeñó desde el 2004 al 2008 primero como asistente y luego como jefe de oficina técnica. En el cargo participó en la construcción de obras relevantes como las terminaciones del Portal La Dehesa, Pre Unic Estación Central, edificio de usos múltiples Universidad Diego Portales, ampliación Club de Polo San Cristóbal, entre otros.
Equilibrar estudios y vida laboral no fue fácil, comenta, más aun considerando que comenzó a los 22 años de edad. Sin embargo, asegura que el apoyo de sus compañeros de carrera y comprensión de sus profesores, fue vital para no perder la oportunidad.
Si bien la primera empresa en que participó asegura que fue una gran escuela, no tuvo oportunidades para continuar ascendiendo, por lo que decidió cursar un Magíster.
De inmediato fue recluida por Colbún, donde se sumó el año 2008 como Ingeniera de Proyectos, liderando la construcción de la Central Hidroeléctrica San Clemente, en la VII región.
Sobre su experiencia comenta que estuvo tres años, donde le tocó asumir además el desafío del terremoto del 2010 y labores sociales de reconstrucción.
“Fue duro porque me tocó el terremoto y una paralización judicial por temática civil, y si bien la construcción quedó bien, a la mitad de los trabajadores se le había caído su casa. Decidimos ayudar socialmente a los trabajadores, vecinos, fue bien bonito, nos demoramos 3 meses extra, pero logramos construir y generar energía”, recuerda.
Al finalizar comienza su pre-natal en la séptima región, pero desde la empresa le ofrecen un ascenso a jefe de proyectos civiles y proyectos sociales para el proyecto Angostura.
“El requisito era llenar el embalse y operarlo, fue una propuesta gratificante pero tuve que decidir, estaba la ley promulgada de 6 meses de postnatal pero decidí volver a trabajar a las 84 días. Era una oportunidad y tuve que equilibrar”, comenta.
La empresa le financió un Diplomado en Gestión y Dirección de Proyectos, y tuvo que enfrentar la realidad de ser mamá de un hijo de un año y medio, un recién nacido y un desafío profesional.
La ingeniera recuerda que “fue duro, pero sacamos el proyecto en menos de 2 años, cumpliendo con todas las medidas solicitadas sociales: escuela, camping, desarmamos un puente de vialidad y construimos uno colgante, hicimos senderos, museos, hicimos el 100% del plan comprometido y el embalse empezó a operar en la fecha planificada, y me empezaron a dar más funciones”.
El 2016, considerando sus funciones, la ascienden a subgerente de proyectos y construcciones, donde cumple en junio de éste año tres años. Hoy la ingeniera se encarga además el área de permisos civiles, y todas las mejoras de infraestructura dentro de las centrales, liderando un equipo de 13 personas, casi todas mujeres e ingenieras y constructoras.
“Creo que fui de las primeras mujeres subgerente sub 40, éramos 4 en esa fecha en Chile”, puntualiza. Hoy, con 37 años, Susana asegura que ascender depende de la postura personal ante la vida y las condiciones culturales, “en mi familia nunca se hicieron diferencias entre hombres o mujeres, tengo dos hermanos y todos hacíamos las cosas sin diferencias”.
Comenta además que ser ingeniera en Chile es difícil, “el hombre entra a la U. y no lo juzgan porque va a ser ingeniero; siempre son quienes tienen los mejores cargos. En cambio como mujer, siempre hay que demostrar, y además nunca dejas de ser también mujer, debes ser integral”, agrega.
Al respecto, la ingeniera recomienda a sus futuras pares a atreverse y aceptar desafíos. “Recomendaría a las futuras profesionales que confíen en lo que saben, que siempre den su opinión, aunque los demás gesticulen. Deben confiar en sus conocimientos, atreverse a responder y tomar desafíos, muchos de los cargos son propuestos a mujeres y éstas los rechazan. Sí, es agotador, pero se puede”, concluye.