Una serie de recomendaciones dirigidas a estudiantes y apoderados entregó la psicóloga clínica y directora del Centro de Atención Psicológica de la Universidad de Santiago (CAP-Usach), Jade Ortiz Barrera, quien ante el escenario de catástrofe que afectó durante el verano al país, sostiene que “es tarea de los adultos contener y dar seguridad a los estudiantes”.
La experta plantea que lo primordial es “comprender el fenómeno previniendo el exceso de información desde la televisión; cuidar lo que se conversa delante de ellos, especialmente dependiendo de su edad; responder a las preguntas; explicarles en palabras simples lo que está ocurriendo en su entorno; ayudarlos dentro de lo posible a volver a una rutina o crearles una en el caso donde los colegios no están armados por los incendios forestales”, indica.
Teniendo en consideración la magnitud psicológica que deriva de las catástrofes, la especialista llama a considerar que “si los síntomas, llantos, desmotivación, estados irritables e inquietud, se mantienen o aumentan durante el curso de tres meses, es bueno consultar a un especialista para analizar lo que puede estar ocurriendo, o de lo contrario debe ser considerado como un proceso normal en una situación anormal”.
Síntomas esperados
La especialista en psicología clínica, Jade Ortiz, explica que los síntomas que presenten los estudiantes deben ser chequeados paulatinamente durante el periodo de tres meses. Entre ellos, asegura que es normal que los menores retrocedan en edad, poniéndose mañosos, orinándose en la ropa, pidiendo acostarse con los padres o aferrándose a ellos por el temor de que les ocurra algo.
Al respecto, la experta asegura que “en estos casos los indicios no deben ser considerados como arrebatos de los menores, sino deben ser acogidos, y poco a poco permitirles que se sientan más seguros, hasta que puedan retomar la consciencia básica”, sostiene.
Recomendaciones
En el caso de los estudiantes afectados directamente por los aluviones o incendios forestales que azotaron al país, junto con sugerir evitar el exceso de información televisiva, la académica recomienda, “exponer lo menos posible a los menores a exceso de información que ellos no logran modular, debido a que sus propias fantasías hacen que puedan generar una mayor tensión”, indica.
Agrega que será normal que los niños jueguen a los incendios, aluviones o desastres naturales, asegurando que “se les debe permitir para que alivien la tensión y logren superar la situación traumática, ya que los padres en su posición de angustia suelen cortarles el juego, quitándoles un espacio ideal para que se desahoguen”, afirma.
En los adolescentes, la especialista llama a que los padres a conversar con ellos, permitirles cooperar si desean mejorar el entorno afectado, o no retarlos si no desean hacerlo. Asimismo sostiene que deben consultar su opinión respecto al lugar donde desean alojarse, asegurando que se les suele enviar a casas de familiares o amigos, pero a veces esa situación les estresa más.
En cuanto a los menores de edad que no han vivido este tipo de situaciones pero se informan por televisión, la experta recomienda conversar sobre el tema, consultarles respecto a la información que manejan y los canales a través de los que se han informado para corregir información falsa y disminuir temores. Agrega que los ambientes escolares son un buen soporte no exponer a los niños al estrés de las noticias, e informarse desde una fuente que no los sobrealerte, ni los angustie.
Sobre la situación de padres y apoderados afectados directamente por catástrofes, la psicóloga de nuestra Universidad sostiene que es probable que pasen por un estrés post traumático y no podrán rendir, en el ámbito laboral ni educacional, dependiendo su situación, llamando a que las exigencias escolares y laborales sean planteadas de una manera diferente, manteniendo el ritmo y las tareas pero sin abrumarlos.