Referente nacional en la promoción de la innovación y el emprendimiento, Jaime Contreras Soria egresó del Departamento de Ingeniería Industrial, de la Facultad de Ingeniería y ha trazado una carrera profesional marcada por la generación de redes, “un activo donde los egresados de tu propia Universidad son fundamentales y creo que la Usach está haciendo más esfuerzos por relevar esta importancia”.
“La innovación hay que entenderla desde la interdisciplina porque tiene 3 pilares: ciencia y tecnología, diseño y modelos de negocios, la Usach tiene los tres, pero si trabajan solas no se potenciará la innovación al interior de la Universidad", asegura Contreras.
Con una destacada trayectoria en el mundo privado, Jaime Contreras ha construido su carrera de Ingeniero Civil Industrial de la Universidad de Santiago, buscando impactar. Por más de diez años estuvo a cargo del área de Estudios de la revista América Economía, y por cuatro años fue el encargado de contenidos del Centro de Innovación UC, un background importante y que hoy le permite hablar con propiedad de innovación.
Recuerda que siempre tuvo inclinación por las matemáticas aunque sus intereses también abarcaban el ámbito de la salud, sin embargo, decantó por Ingeniería y se siente sumamente feliz de haber seguido ese camino. “Desde el primer momento la Usach me encantó, y mi paso por Industrial fue muy enriquecedor; si uno pudiera medir el aporte que las instituciones de educación superior generan en una persona, desde que se ingresa hasta que se titula, y en todos los aspectos y habilidades integrales, yo digo que la Usach sería la mejor Universidad por lejos”, señala quien hace pocos meses asumió la Gerencia de Innovación del grupo Editec.
De Prosegur pasó a trabajar en medios de comunicación (América Economía) descubriendo que el mundo editorial era su pasión. “Entre los periodistas encontré mi espacio como ingeniero”. En el área de Estudios le tocó generar trabajos relevantes y que eran considerados por las industrias en tomas de decisiones. “Los rankings que hacíamos tenían gran impacto. Generábamos data sobre hospitales, ciudades para hacer negocios, MBAs etc. y sentía que este trabajo dejaba algo al final del día”.
Tras vivir la crisis de los medios y la pérdida de relevancia del papel ante lo digital, pasó a ser emprendedor y armó una consultora “tipo centro de estudios cerrados”, para luego volver al ambiente universitario en el Centro de Innovación UC. “Me pidieron crear un instrumento para medir capacidades de I+D en las empresas y me convertí en un vinculador, porque el Centro generaba impacto en la propia Universidad, pero teníamos que lograr que hacia afuera también se viera así, lo cual es complicado cuando los términos I+D, transferencia tecnológica, innovación, son etéreos, pero cuando los rige una metodología, todos ellos se vuelven potentes porque son medibles y trabajables bajo una sistemática. El rol que cumplía era el de manejar la oferta de valor del Centro hacia afuera, y ayudar a que las empresas entendieran y digirieran estos conceptos. En el fondo, es gestión y cultura de innovación, explica.
Es un férreo defensor de la idea de que la construcción de redes es lo que permite al profesional su crecimiento, pero también reconoce que las universidades no siempre dedican estructura para esta tarea.“Hoy los datos son primordiales para las organizaciones y ayudan mucho a los que estamos afuera empujando la imagen de la Usach. Los usachinos tenemos una buena formación, hay mucha capacidad. He trabajado con colegas de la UC, de la Chile, de la Federico Santa María y puedo decir que nuestro estándar de profesionalismo es alto”.
El valor de la innovación
Hoy, es Gerente de Innovación y debe liderar el proceso de instalación de una cultura de innovación y transformación digital. “Hay que generar valoración a la cultura de la data, es un valor estratégico incomprendido. Cuando las organizaciones reconocen que la innovación es imperativa para sobrevivir, son capaces de generar estos cambios y de integrarlos en nuevas formas de hacer las cosas. En una Universidad, esto se ejemplifica en que la innovación no es potestad de una sola facultad”, precisa.
Reconoce un rol central para el ingeniero en esta revolución 4.0 y sobre todo del ingeniero industrial, “porque integramos la gestión y somos capaces de entender procesos, siempre y cuando la organización sea invitada a ser parte, nada puede ser impuesto en el proceso de cambio”.
Siempre observando cómo se mueven las nuevas tecnologías, comenta que es indispensable que las facultades trabajen mancomunadamente. “La innovación hay que entenderla desde la interdisciplina porque tiene 3 pilares: ciencia y tecnología, diseño y modelos de negocios, la Usach tiene los tres, pero si trabajan solas no se potenciará la innovación al interior de la Universidad. Por ejemplo, el blockchain va a tener un impacto legal en los contratos inteligentes, y si Derecho no se conecta con Ingeniería para comprender cómo funciona esto, se quedarán atrás”.
Con cariño recuerda al profesor Osvaldo García de la Cerda del ramo Reingeniería humana para la acción, a don Agustín León, Felisa Córdova y otros que lo inspiraron. “Hay que sacarse la idea que somos buenos para la pega, pero que no podemos acceder a altos cargos. La carrera profesional es de cada uno y hay que apoyarse en los egresados y en la trayectoria de la Universidad. También sugiero que el ingeniero busque un nicho, vamos mucho a los lugares comunes, y la invitación es ser el mejor aunque sea en un espacio más pequeño. Y lo último, es que no dejen de capacitarse porque el tsunami tecnológico va a exigir conocer de robótica, big data y otros, porque van a incorporarse en la organización”.
Está al tanto de cómo va creciendo la Usach e incluso sabe que la Facultad de Ingeniería acortó la duración de las carreras y que ofrece otras carreras nuevas. “Hay que progresar en todos los niveles. Invito a que los que están egresando de Ingeniería, a que sean proactivos en la línea de la generación de redes y que los egresados que ya llevamos años en el campo laboral, seamos capaces de apoyar a la Usach para que la mutua vinculación sea un activo valioso”, finalizó.
Autor:
Macarena Polanco Gálvez
Fotografía:
Cedida