A casi tres meses de la instalación de la Convención Constitucional el pasado 4 de julio, el órgano está ad portas de aprobar su reglamento de funcionamiento, hito de la mayor relevancia dado que es la norma que dibujará el procedimiento y tiempos del debate de contenidos de la nueva Constitución, y cómo estas serán aprobadas. Esta primera etapa ha tenido avances importantes, ha mostrado cómo un nuevo órgano institucional con representación inclusiva construye acuerdos, y ha develado conflictos antiguos y nuevos en el proceso político chileno.
De entre los avances de la Convención Constitucional es importante destacar que a pesar de las dificultades iniciales de instalación, por las diferencias entre convencionales frente a temas como derechos humanos y violencia policial, y el bajo apoyo del gobierno a la instalación, se estableció una mesa ampliada inclusiva que dio sustento a las decisiones previas a la aprobación del reglamento.
La elección de Elisa Loncon como presidenta de la Convención no solo ha tenido un significado histórico, sino que en su compromiso de incluir a todos los sectores políticos representados en el órgano a la mesa, previó la posibilidad de resolver los conflictos que se darían en esta primera etapa. Y así ha sido, y esta semana se votan las indicaciones finales para arribar al reglamento.
En cuanto a la inclusión, hemos podido observar que un órgano de representación paritario, con escaños reservados para pueblos indígenas y representación tanto de independientes como de partidos políticos, ha expresado mejor que otras instancias la diversidad de la sociedad chilena.
Esta diversidad que para muchos significaba una preocupación en cuanto a la posibilidad de arribar a acuerdos, ha mostrado que a través del diálogo, la exposición de posturas distintas y la definición de procedimientos acordados, genera de manera democrática la toma de decisiones, y que más allá de las posturas distintas aquellos que buscan los acuerdos han ido avanzando a paso firme.
Junto con esto, como en todo espacio político institucional de representación, han surgido conflictos muy complejos - como es el caso del Convencional Rodrigo Rojas Vade que los ha tensionado fuertemente y que luego de una declaración inicial de la mesa ampliada, ha derivado en una serie de acciones políticas y judiciales, así como en la propia discusión del reglamento donde se aborda la posibilidad de renuncia de los Convencionales y la forma de reemplazo.
También ha dado un amplio sentido de realidad a la Convención y una alerta de humildad ante la ciudadanía, pues la democracia es siempre un proceso en construcción que requiere el compromiso de todos los actores involucrados.