Es su primer empleo desde que egresó. Se enteró de este trabajo a través de la plataforma Linkedin. Astilleros y Maestranzas de la Armada, Asmar, necesitaba una Ingeniera en Ejecución Metalúrgica, postuló y quedó entre las dos únicas mujeres que disputaban el cargo (ambas de la Usach). Lo obtuvo pese a no tener experiencia en lo naval. Macarena Lizama tiene ese empeño y garra de los usachinos de corazón que aflora en los momentos de adversidad.
“Yo desde pequeña me vi en algo como química y biología, no pensaba que mi futuro seria la Ingeniería, pero cursando enseñanza media me ofrecieron participar en una Escuela de Verano de la Universidad de Chile y me metí a Matemáticas dos años. Descubrí que tenía facilidades para esto, me gustaba y opté por algo más ligado al trabajo en terreno. Di la PSU por segunda vez y así fue como llegué a Metalurgia a la Usach”, recuerda.
¿Habías estudiado otra carrera antes?
Si, Ingeniería Civil Industrial, pero no pude seguir pagando una universidad privada. Luego quedé en la Usach, buena Universidad, de renombre y muy bien calificada en Ingeniería. Es algo que se comenta afuera cuando pides opiniones; incluso, ahora con los pares a nivel profesional lo escucho, por un tema práctico, tienen como características sumamente marcadas. Yo soy primera generación de mi familia que accede a la Educación Superior. Pesa mucho estar en una Universidad estatal. Tuve un primo que estudió Arquitectura y otro que ingresó un año antes que yo a Periodismo en la Usach. Ellos me dijeron que era un gran lugar para estudiar, independiente de lo que otros comentan por los paros, como si fuera el único Plantel que tiene movilizaciones; a todos nos ha pasado, pero eso es parte del aprendizaje y te obliga a adaptarte a ciertas circunstancias, a un ritmo distinto y se saca siempre algo positivo. Estudié con CAE que recién lo estoy pagando con mi sueldo todos los meses y con Fondo Solidario. Cuando yo ingresé habíamos muy pocas mujeres y salimos menos todavía. En general la Ingeniería en Ejecución Metalúrgica parece ser una carrera de hombres, es cierto. Es más, yo trabajo ahora casi con puros hombres. De 50, somos solo 3 mujeres, pero se puede salir adelante con éxito gracias a la preparación que te entrega la Universidad y no hay discriminación en esta carrera, ni tampoco en el plano laboral.
¿Qué consideras que tiene el profesional de la Usach que logra empleos de alta calificación?
-Yo siento que en el caso de Asmar, mi jefe requería una mano más ordenada. Como profesional de la Usach tenemos alta capacidad para adaptarnos, somos prácticos y dedicados al trabajo en terreno. Nos atrevemos a tomar desafíos. No he tenido quejas y la Universidad me entregó esos valores. Aquí funcionamos como astilleros para los buques de la Armada, pero también tenemos trabajos con empresas hidroeléctricas. Yo soy un apoyo técnico. Además tuve la posibilidad de ser jefe de buque de la Esmeralda, una especie de conexión entre la gente del buque y de los talleres de producción. Como civil, no tenía tanto conocimiento de cómo funcionaba el cuento naval. Llevaba muy poco tiempo y no sabía si tenía la experiencia, pero pensé en esto como un desafío. Tuve que aprender todo de cero, de hecho, me llevaba a la casa los planos de la Esmeralda y estudiaba. Fue una pega agotadora, pero aprendí mucho. Nunca habían nombrado a una mujer para un cargo como ese. Es muy agradable trabajar ahí. El ambiente es muy bueno.
¿Qué es para ti la Universidad de Santiago?
-La Usach entrega un montón de herramientas y no solo a nivel académico. Te da una formación integral. Aprendes a desenvolverte, la diversidad te ayuda a entrar a cualquier lugar, a comunicarte bien. La Usach no es una Universidad mall donde todos son parecidos. Allí conoces realidades diferentes que te enriquecen a nivel personal, que a veces es tanto o más importante que lo académico incluso. Tu puedes ser súper mateo, pero las habilidades blandas que te entrega nuestro Plantel son muy necesarias. Hay otras Universidades más técnicas, que vienen con otra forma de solucionar problemas. Aprendes a ser práctico, a solucionar problemas. El mayor sello de la Universidad de Santiago es la diversidad, además del grado académico lógico, porque todos sabemos que es un Plantel muy reconocido. Yo me relaciono con muchos chicos practicantes que provienen de mi Universidad. Somos hijos del rigor, ante un problema te adaptas y sabes resolverlo porque así aprendiste. Confío plenamente en un usachino o usachina. Se nota el sello.