“La verdad es que la ciudad de Santiago hace años que no está preparado para ningún tipo de temporal de invierno”, afirmó el Dr. Carlos Muñoz, académico de la Escuela de Arquitectura de la Usach, frente a los anegamientos que ocasionaron las últimas lluvias en varios puntos de Santiago y que podrían repetirse este fin de semana.
El experto indicó que esto se debe a que las autoridades han dejado de lado diversas tareas de planificación urbana producto de la larga sequía que nos afecta.
“Salvo por algunas coyunturas particulares no han existido lluvias que provoquen las inundaciones en los espacios habituales, en donde siempre aparece la excusa que son zonas de bajos, pero la realidad es que no hay un programa de infraestructura apropiado para poder atender este tipo de situaciones” agregó el Dr. Muñoz.
El académico indicó que si bien se han hecho algunas intervenciones como la captación de aguas servidas que se vertían en el río Mapocho y las obras en el Zanjón de la Aguada, hay otros sectores de la ciudad que están siendo afectados y que requieren de inversiones de este tipo.
“El caso del río Mapocho, que ya no presenta aguas cloacales, se produjo gracias a la gran inversión y participación de una empresa sanitaria que le interesaba el tema , sino Chile perdía validación frente a los mercados internacionales por las aguas de río con las que estaba regando ciertos productos de exportación”.
Además, agregó que “la obra del Zanjón de la Aguada fue muy relevante para mitigar los problemas y está teniendo buenos resultados, pero ese no es el único punto crítico de la ciudad, en donde tenemos casi ocho millones de habitantes. Esta obra solo soluciona los problemas de un cuarto de la población”, aseguró.
El tema de las aguas lluvias, excepto la comuna de Santiago Centro que ha tenido históricamente un excelente sistema de evacuación de aguas lluvias, presenta graves problemas para los demás municipios de la capital, particularmente los que están ubicados en zonas más bajas y, por lo tanto, esto sigue siendo un tema pendiente de la agenda pública, precisó el Dr. Muñoz.
“Para solucionar esto es fundamental coordinar a las autoridades competentes, es decir, las empresas sanitarias; el sistema público a través del Serviu y sus controles de vialidad; el Ministerio de Vivienda que tiene que proyectar con los instrumentos de planificación; el Gobierno Regional que tiene que poner la disponibilidad de recursos a través del FNDR para realizar las inversiones respectivas y realizar una acogida apropiada de las obras de aguas lluvias” enfatizó el académico.
El experto remarcó que Chile históricamente actúa por acción y reacción, lo que provoca que si los temas no están en la actualidad pública no se toman en consideración, cosa que ocurrió con el estallido social- dijo- “donde nadie se preocupó del descontento en la población y actualmente en la crisis sanitaria, donde se ha podido ver la debilidad del Estado en cuanto a planificación ante este tipo de materias”.
“Debemos cambiar la mirada asistencialistas por una que tenga que ver con el bienestar de la ciudadanía que solo puede cambiar a través de una nueva Constitución, que aunque algunos no lo entiendan, afecta a estos problemas urbanos porque debe existir una mayor responsabilidad del Estado y no dejárselo casi todo a los privados para que lo atiendan. Ahí hay un punto que hay que considerar”, precisó el docente de la Usach.
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En este sentido, el también académico de la Escuela de Arquitectura, Rodrigo Martin, expresó que en cuanto a los sistemas de control de emergencias climáticas y de otros tipos existen los Centros de Control Inteligente Urbanos (IOC) , que permiten gestionar los sistemas, infraestructuras y recursos de una ciudad para responder a estos eventos.
“Un caso de esto es el centro de operaciones de Río de Janeiro: Con el IOC actuando como punto central de comando, es posible recolectar, analizar y monitorear datos en tiempo real desde los sensores e indicadores de nivel en el sistema de recolección de aguas, que permite controlar el flujo de las aguas mediante el uso de sensores remotos inalámbricos, válvulas y lastres inteligentes o barreras inflables”, señaló.
Añadió Martin que el departamento urbano a cargo de la infraestructura de aguas mantiene un complejo sistema compuesto por redes principales, medidores de agua, plantas de filtración pozos e instalaciones de almacenajes de agua, entre otros.
Estos sistemas utilizan una vía combinada para el transporte de diversos tipos de agua de desecho como aguas lluvias, aguas servidas y otros contaminantes hacia las plantas de tratamientos.
En el caso específico de la ciudad de Santiago, el experto en estudios de Smart City, señaló que lo necesario sería realizar “modificaciones en la normativas de diseño de infraestructuras urbanas y dejar de planificar para escenarios promedio (más barato) y pensar en máximos históricos”, concluyó.
El académico de la Escuela de Arquitectura de nuestra Universidad, Dr. Carlos Muñoz, señaló que la descoordinación público-privado en el tratamiento de aguas lluvias producto de la prolongada sequía y que nadie haya previsto el regreso de las precipitaciones en el corto plazo, son las principales causas inmediatas de esta situación.
“Para solucionar esto es fundamental coordinar a las autoridades competentes, es decir, las empresas sanitarias; el sistema público a través del Serviu y sus controles de vialidad; el Ministerio de Vivienda que tiene que proyectar con los instrumentos de planificación; el Gobierno Regional que tiene que poner la disponibilidad de recursos a través del FNDR para realizar las inversiones respectivas y realizar una acogida apropiada de las obras de aguas lluvias” enfatizó el Dr. Muñoz.
Autor:
Enzo Borroni Ricardi
Fotografía:
Getty Images