- Investigador del Departamento de Ingeniería Química de nuestra Universidad, propone innovador proyecto para generar nuevas fuentes de energía a partir de la quema de lodos residuales, producidos en plantas de tratamiento de agua.
El tratamiento de aguas servidas tiene por objetivo eliminar los niveles de contaminación presentes, manteniendo sus particularidades y beneficios para el uso humano. Sin embargo, uno de los obstáculos más importantes que acarrea este proceso es el de los lodos residuales, los que -en muchas oportunidades- se convierten en focos de contaminación.
El Dr. César Huiliñir, académico del Departamento de Ingeniería Química de nuestra Universidad, propone una solución para el tratamiento de estos residuos, a través del proyecto “Biosecado de lodos residuales: Efecto del agente estructurante sobre la eficiencia del proceso”.
Para el investigador, la generación de lodos residuales es un problema que aún no tiene una total solución, puesto que muchas veces las plantas de tratamiento no saben qué hacer con estos contaminantes. “Si bien las plantas de tratamiento permiten limpiar el agua, utilizando para ello procesos biológicos (lodos activos), éstos generan gran cantidad de biomasa, la que crece tanto que se transforma en un residuo del mismo proceso. Entonces, estamos tratando el agua, pero a la vez estamos generando un nuevo contaminante: el lodo residual”, explicó.
Según afirma el experto, a pesar de la existencia de tecnologías que permiten sacar provecho a los lodos residuales, no está del todo claro qué otras propiedades tienen o qué nuevas formas de uso existen. Esta situación se encuentra ad portas de cambiar gracias a la investigación financiada por el Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Dicyt) de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, que, además, cuenta con el apoyo de estudiantes de la Carrera de Biotecnología de la Facultad de Ingeniería.
“Nos hemos dado cuenta que existe la posibilidad de generar un nuevo uso a los lodos al secarlos, ya que al eliminar la humedad queda un producto con un importante poder calorífico. Al quemarlo, se puede generar energía térmica, logrando disminuir el volumen de un kilo de lodo húmedo a cien gramos de ceniza”, detalló el académico de la Facultad de Ingeniería.
Buenos resultados
Para Huiliñir, los resultados experimentales son primordiales, y a la fecha ya existen algunos avances. “Hemos podido reducir la humedad del lodo de un 80 a un 30 por ciento, aumentando su poder calorífico. Estamos logrando humedades de sólido bastante bajas, que nos permitirían usarlo directamente en la caldera y producir energía”, señaló el experto.
Además, dentro de las etapas del proyecto, el equipo investigador contempla estudiar las condiciones ideales para el secado de los residuos, determinando el efecto de los agentes estructurantes que son los que dan porosidad al lodo. En torno a este último punto, los investigadores han descubierto que la cascarilla de arroz podría ser sumamente efectiva.
El Dr. Huiliñir, jefe del proyecto, pretende generar un modelo matemático del proceso de biosecado, donde actualmente no hay suficiente investigación, ya que según explica, “hay modelos basados en el proceso de compostaje que se han enfocado principalmente en predecir temperaturas, pero nada bien organizado en cuanto a los efectos que se obtienen a través del uso de los estructurantes que dan la porosidad al fango”.
Finalmente, para el académico, la importancia del proyecto radica en “abrir en la Universidad una nueva área de trabajo en el tratamiento de residuos sólidos, lo que además aparece como una oportunidad para el país en la solución del problema de la generación de lodos”.