Abraham Salazar entró a la Universidad de Santiago a la carrera de Ingeniería Civil Mecánica con la mentalidad de aprovechar cada espacio donde pudiera desarrollar su faceta creativa e innovadora. Fue así que participó en el ESUS Equipo Solar hasta el cuarto año del plan de estudios. En esta etapa decidió comenzar a liderar sus proyectos.
Luego de esa experiencia, participó en Lions Up y posteriormente en el programa Vector, iniciativas donde empieza a gestar el proyecto Gelys, el que tiene como objetivo general investigar y desarrollar turbinas eólicas de uso residencial, diseñadas y simuladas computacionalmente para optimizar el nivel de potencia a generar. “Le dije a un amigo inscribámonos a ver qué pasa. Comenzamos a pasar etapas, seguimos avanzando y en 2020 nos ganamos el primer Despega Usach, en esa ocasión fue en Fase temprana. Ahora nos premiaron en la categoría de Innovación Científica Tecnológica”, comentó Salazar.
A su juicio, el proyecto es innovador dentro de la industria eólica nacional, ya que existe un mercado avanzado en la instalación de “turbinas gigantes, repartidas a lo largo de Chile. Pero a nivel de uso de hogar, aún estamos al debe y es ahí donde queremos apuntar en la primera etapa con nuestra empresa”, puntualizó.
De esta manera, la idea es implementar estos generadores en “lugares apartados de los centros urbanos. Por ejemplo, en el sur de Chile, donde la distribución de energía es más compleja, sin embargo, existen mayores cuotas de viento. Según datos que se recogieron antes de la pandemia, hay treinta mil familias que no tienen energía. Igualmente hemos ampliando nuestro modelo de negocio a implementar nuestras máquinas en empresas, lo que nos permite ahorrarnos los costos de viajar al sur, pero en una primera fase está pensado para la gente que no cuenta con electricidad”, explicó el ingeniero.
El equipo de Gelys está conformado por Salazar y Aldo Lizama, Ingeniero en ejecución eléctrica, con quien trabajó en el ESUS Equipo Solar. Ambos esperan que este año el proyecto logré la validación comercial y técnica, “porque nosotros hicimos que nuestro sistema funcionara, pero aún nos falta recoger antecedentes. Con las pruebas que hicimos, pudimos accionar un motor de 600 watts. (…) Gracias a la estabilidad económica que tenemos (además del Despega Usach, se adjudicaron un Capital Semilla de Corfo) podemos crear turbinas pequeñas hasta portables, y otras que puedan servir para domicilios”, detalló.
Conocer la universidad más allá de las salas de clases
Abraham Salazar se considera una persona inquieta. Reconoce que nunca entendió la Universidad como un lugar solo para ir a clases y recibir calificaciones que le indicaran cuánto había aprendido de una materia. Por ello, las ganas lo llevaron a participar en distintas instancias extraprogramáticas de la Usach. Una de ellas fue ser tutor de cachorras/os, espacio que le sirvió para alentar a las/os nuevas/os estudiantes a participar en iniciativas como el Despega Usach.
“Me parece genial que se implementen este tipo de programas. Fui tutor de cachorras/os y a ellas/os todo el tiempo las/os motivaba a que se metieran a estos concursos, que se arriesgaran y postularan. Si no quedaban, que lo intentarán de nuevo. Eso les permite aprender”, aseguró.
Con respecto a su experiencia en el concurso de emprendimiento para estudiantes de nuestra Casa de Estudios, agradeció al equipo y al Plantel en general, puesto que “partí en Lions Up, seguí en el Vector, ahora nos ganamos este concurso con Aldo (Lizama), también pasamos a Innovo, entonces siento que hemos tomado toda la línea de emprendimiento e innovación de la Usach y desde el primer momento, de verdad, me he sentido apoyado”, finalizó.