En noviembre de 2019 la Escuela de Medicina fue notificada por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) que la carrera de Medicina sería acreditada por 4 años, quitándole un año en comparación al proceso anterior. Las autoridades apelaron a través de un recurso denominado de “reposición” ante la misma entidad, pero éste no fue aceptado.
Sin embargo, se perseveró para recuperar la acreditación faltante y el siguiente paso fue apelar al Consejo Nacional de Educación (CNED), presentación que realizaron el prorrector y la directora de la Escuela de Medicina, lo que permitió recuperar la certificación y reacreditar la carrera por 5 años.
“Presentamos la historia y los méritos de carrera, sus virtudes y desafíos, la calidad de su plantel académico, datos de estudiantes y egresados, el rol que se juegan en la red de salud pública nacional, antes y en pandemia, y los compromisos institucionales con la carrera y la Escuela, y logramos revertir la injusta evaluación”, señaló el prorrector, Dr. Jorge Torres Ortega.
“Preparamos una apelación que demostró que todos los argumentos dados para bajarnos un año eran cosas que estaban cumplidas o estaban en proceso, entonces creo que fue una decisión justa (…) por lo que estamos muy contentos”, aseguró la decana de la Facultad de Medicina, Dra. Helia Molina Milman.
En el informe entregado por la Comisión Nacional de Acreditación se argumentaban tres razones principales para rebajar los años de certificación de excelencia académica y en los cuales se basó la apelación.
El primero de ellos se refería a la autonomía universitaria, donde se cuestionaba la frecuencia de rotación de autoridades de la Escuela. Segundo, se hacía referencia a una supuesta disparidad en la docencia que recibirían las/os internas/os según el centro asistencial donde realizaban esta etapa. Y el tercer ámbito se cuestionaron las estrategias de mejoramiento continuo.
En defensa del plan de estudios se esgrimió que, en el primer caso, la elección de autoridades está definida por nuestro estatuto, por lo tanto, no era pertinente que la CNA se pronunciara al respecto. Sobre la inequidad que existiría entre los practicantes, se expuso que solo existe un programa curricular y por lo tanto no existe distinción en la entrega y calidad de contenidos. Sobre el tercer punto, se defendieron los cambios en la política de mejoramiento continuo y las oportunidades de financiamiento de las Unidades, lo que les permite optimizar su desarrollo, situación que no fue considerada.
Entre los avances que, a juicio del equipo que apeló a la sentencia de la CNA y que no fueron valorados en el informe de la instancia acreditadora, por ejemplo, está la construcción del Núcleo Docente Asistencial en el Hospital Barros Luco, destinado a las residencias de becarios e internos de las distintas carreras de la Facultad de Ciencias Médicas, el cual antes no estaba disponible; y del Centro de Investigación Biomédica Aplicada (Cibap), obra que ha significado un aumento en los indicadores de investigación.
La directora de la Escuela de Medicina, Mg. Mónica Osses Osses, validó la legitimidad del segundo fallo, puesto que “sabemos que tenemos debilidades y que debemos seguir trabajando en conjunto con las autoridades universitarias (…) pero también entendemos que hubo ámbitos en que no fuimos tratados justamente y eso fue lo que defendimos”.
Sostuvo que “haber aclarado esta situación en el Consejo Nacional de Educación, es un gran logro para la Escuela de Medicina y de la Universidad de Santiago de Chile, porque es una instancia a la cual no se recurre frecuentemente”.
Tras recibir la noticia la Magíster en Ciencias Biológicas aseguró que el equipo de la Escuela de Medicina se encuentra “muy contento. Aquí hay un equipo de apoyo que estuvo trabajando todo el tiempo y eso es relevante de destacar”, concluyó.