En octubre del año pasado, el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera presentó sus propuestas en materia educativa. “Mejoremos la calidad en la sala de clases” fue el nombre del documento donde realizó un compendio de lo que pretendía realizar en caso de llegar a La Moneda, lo que terminó confirmándose tras imponerse en las urnas.
Al respecto, el doctor en educación y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Jaime Retamal, si bien concuerda en que es “absolutamente necesaria” una reforma desde las aulas, es escéptico respecto de los avances que se puedan realizar en un periodo presidencial o, incluso, en dos administraciones –es decir, ocho años-. “No es suficiente. Solo se puede dar un primer paso”, remarcó en entrevista con el programa Estación Santiago de Radio U. de Santiago.
Para el Dr. Retamal mejorar la calidad en las aulas implica cambiar metodologías de enseñanza, aprendizaje y evaluación; modificar el currículo, los horarios y los espacios físicos donde se imparten las clases; y reformular la formación de los profesores.
“Piñera lo ha planteado, pero no ha pensado suficientemente bien qué significa hacer una reforma desde la sala de clases. Se ha quedado en el slogan”, según el especialista. “Reformar la sala de clases implica una transformación de marca mayor, una verdadera revolución copernicana”, enfatizó el académico de la Universidad de Santiago.
A juicio del doctor en educación, en el área de formación inicial docente, por ejemplo, se requiere terminar con la estandarización de competencias para impartir clases. “En Chile, precisamos mucho más que competencias de base. Somos un país con una gran cantidad de riquezas naturales, y lo que necesitamos son personas capaces de hacer innovación, para producir desarrollo social, económico y cultural en las regiones, por ejemplo”, puntualizó.
No más estandarización
Para el investigador Retamal, instrumentos como el Simce o la PSU también debieran ser reemplazados, para que la enseñanza en la sala de clases no termine siendo evaluada sobre la base de indicadores de pruebas estandarizadas.
Al contrario, considera que debiera priorizarse la orientación a los estudiantes con el fin de que tengan claro a qué desean dedicarse y, en base a ello, puedan ingresar a la universidad. Esto, bajo un modelo similar al bachillerato, donde las competencias se evalúan diferenciadamente, según las aptitudes que requiere cada carrera.
“La estandarización le hace mal a la educación”, precisó el Dr. Retamal. “La igualdad de oportunidades es igualdad de oportunidades para competir, pero eso es una utopía que no se va a alcanzar nunca. Siempre va a haber una brecha, y habrá algunos que ganan y otros que pierden siempre”, puntualizó finalmente.