La Doctora en Historia, con mención en Historia de Chile y decana de la Facultad de Humanidades, Cristina Moyano, buscará romper la secuencia cronológica lineal entre 2011 y 2021, a través de un profundo e innovador análisis en reversa. Esto con el fin de centrar la mirada en cómo se ha construido socialmente el “tiempo histórico presente”.
Esta investigación se centra en preguntas teóricas como ¿de qué manera opera la temporalización en las experiencias intersubjetivas de movimientos sociales, partidos políticos y las narrativas sociopolíticas producidas por intelectuales en las sociedades contemporáneas? Y en el plano de lo histórico empírico, ¿qué disputas políticas han estado a la base de la construcción histórica social del tiempo presente?
Conversamos con la académica y máxima autoridad de la FAHU sobre esta investigación:
-La historia la escriben los vencedores, sentenció George Orwell a mediados de siglo, afirmación que continúa más que vigente cuando nos remitimos a la pregunta: ¿en qué momento histórico nos encontramos?
-Esta investigación toma como punto de partida el hito de la elección del Presidente Boric, donde gana una generación política distinta, que instala un presente y reorganiza la narrativa respecto al año 2011, considerado para este grupo como el momento del renacer de la movimentariedad social, que abre el ciclo que permite culminar con el triunfo de una coalición que no tiene como referencia a la dictadura militar, sino que su oposición a los 30 o 40 años de transición a la democracia.
En este sentido, se dice que el 11 de marzo de 1990 se cierra la transición a la democracia cuando asume el Presidente Aylwin. No obstante, esto se extiende en el tiempo y hay varios hitos de la historia que se suelen relacionar con el fin de esta transición, como por ejemplo, cuando el Presidente Lagos firmó la Constitución reordenada en 2005 y abre las puertas de Morandé 80, o también con la misma muerte de Pinochet.
¿Continuamos entonces en este periodo de transición?
La preocupación por la construcción social de este tiempo está en estrecha relación con la comprensión del cambio social, así también por cómo opera políticamente el uso del tiempo en tanto a la disposición de posibilidades históricas.
Basta tomar como ejemplo el surgimiento de nuevos partidos políticos con marcado tinte generacional, que por consecuencia generaron conflictos en los partidos tradicionales, tanto a nivel valórico, como en lo netamente legislativo. Es en esta línea, que esta investigación plantea como supuesto central que la definición del tiempo presente dejó de estar hegemonizada por las experiencias de las élites políticas que condujeron la transición a la democracia en Chile, situándonos en un proceso conflictivo de interacción generacional, expresado a nivel de disputas y debates políticos.
-Considerando este nuevo formato en retrospectiva, ¿en qué medida aporta esta investigación al desarrollo de la investigación histórica contemporánea de nuestro país?
-Buscamos disminuir la entropía comprensiva del tiempo en el que estamos inmersos, esto de acuerdo al alto nivel de incertidumbre que experimentamos. Los trabajos historiográficos no suelen remitirse a los momentos y cambios históricos contemporáneos, tampoco es común observar una convergencia de pensamiento que se refiera a estas transformaciones. No obstante, hoy tenemos la claridad de que estamos en un periodo de inflexión, que el remezón del 18 de octubre de 2019 y sus consecuencias aún no terminan de cuajar en un periodo no sólo de incertezas políticas, sino que también fuertemente influenciado por los fenómenos económicos que ha dejado la inflación y la pandemia. Los historiadores tenemos la virtud de saber siempre cómo terminan los procesos, pero en el caso de esta investigación, aún lo desconocemos. Ese es el riesgo y a la vez el principal aporte. A veces el tiempo histórico presente requiere estudiarse en clave presente.